viernes, 13 de diciembre de 2013

Memorias de tricampeones

El 13|12|1997 cayó sábado. Hacía calor como hace hoy, 16 años después. Ese día pasamos la tarde en el Tiro Federal de la ciudad (cosa que nunca se repitió por obvias razones de transporte y de manejo de chicos que generaban una psicosis paterna de que algún tirador podía confundir un plato con un menor)
Festejábamos el cumpleaños de Martín, sus primeros 10 años; éramos solo cinco, los mellis aún no estaban, yo tenía 7 y Emi sólo 2 y unos rulos que parecían los espirales plásticos de los cuadernillos. También estaba, infaltable, Leandro.
El mayor y yo, vestíamos íntegramente de River, una camiseta muy ganadora con tres bandas rojas en cada manga y el escudo estampado por todas partes en la camiseta en forma de sello de agua. Y la banda roja, claramente.
Ramón Díaz transitaba su primera experiencia como DT y se convertía en el más ganador de la historia del club. Ortega, Gallardo y Almeyda todavía eran sub 23, Solari surcaba la banda izquierda, Salas empezaba a convertirse en ídolo, y el Enzo nos daría, nueve días más tarde, el torneo Apertura del 97 y consecuentemente el (tercer) tricampeonato.
Éramos inocentes y felices (que no quiere decir que hayamos dejado de serlo), y la preocupación pasaba por ganarle a la otra división en los partidos de los lunes y los miércoles en educación física, y que llegue el sábado para ir a Parque o donde toque jugar de visitante.

En el 2006, la situación era distinta. No sólo habían pasado nueve años. Los mellis ahora sí estaban y ya tenían siete. Martín cumplía 19 y terminaba su primer año facultativo (no sólo heredó el nombre del padre). Emi terminaba la primaria y con los rulos ya no podían hacerse cuadernillos; y yo terminaba tercer año y formaba un gran grupo de amigos, los cuales -por suerte- aún conservo. Y River no era ese equipo de galera y bastón de una década atrás..
Ese 13 de diciembre cayó miércoles, aunque para algunos fue un gran MARTES 13.
Los primos jugaban una final contra el Estudiantes de Verón, en cancha de Vélez, luego de dejarse alcanzar en las últimas fechas de la mano de Lavolpe (Dios te tenga en la gloria Ricardo).
Recuerdo algún amigo de mi hermano aparecerse con los incombinables colores que representa su camiseta, Altanero, dando por hecho que eran campeones (no solo eso, dicho torneo los consagraba por primera vez en su historia como tricampeones).
En esa época todavía no existía el FPT y había que mirar las tribunas y esperar alguna avalancha o que el Bambino Pons inventara algún cantito para festejar un gol.
El resultado es el que ya todos conocemos.

Pero me fui de tema, sólo por intentar describir dos de los cumpleaños más recordados de mi hermano mayor.
El hecho puntual es que Hoy es el cumpleaños de Martín Ignacio.
Martincito en Sarandi y zonas aledañas por razones de herencia, tamaño y diferenciación.
Cuino para papá, la razón de ese apodo no lo sé -y no creo que tampoco el Vasco la sepa-.
Por evidentes razones anatómicas, Cabezón para los amigos; o también Paco, por un juego de palabras con el apellido que no quedaría bien escribir en esta ocasión.
Finalmente, y haciendo alusión al segundo nombre y al origen de nuestro apellido, Iñaki, para la abuela Queca, tan recordada y presente en estos días, como en los demás.
Aunque ahora también le dicen Ignacio, por cuestiones laborales para diferenciarlo de papá.
Todo esto de los apodos y diminutivos hubiese sido mucho más sencillo si a mi viejo no se le hubiera ocurrido ponerle su primer nombre a su primer hijo; y su segundo nombre al segundo (e inútil, para mí) nombre del segundo hijo. Me refiero inútil al uso del segundo nombre y no al hijo, claro está.
Pero para mí con que nombren a Martín ya me alcanza para saber que es él.
Compañero de viaje hasta en bici para ir a la colonia de Parque, de varios partidos con los Heis y demás, cuando la Chacabuco y la Pablo Lorentz no eran tan transitada; algún torneo ganado por penales contra los inocentes chicos del barrio 30 de octubre, y culpable de varios enojos y peleas que fueron disminuyendo a medida que mi físico crecía.
Hoy cumplís 26, no peleamos ni vamos en bici a la colonia y  en la calle ya no jugamos, pero algún que otro fútbol 5 sí.
Felíz cumpleaños Martín, Martincito, Cuino, Cabezón, Paco, Ignacio, Iñaki, etc.
Un abrazo grande

TRICAMPEÓN HAY UNO SÓLO