tag:blogger.com,1999:blog-58434978403358774762024-03-14T03:17:45.988-03:00Miradas de Búho"La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda, y cómo la recuerda para contarla".
García MárquezMatiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.comBlogger26125tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-68209025113019885732023-07-19T11:29:00.006-03:002023-07-22T09:20:46.127-03:00Anoche soñé con Messi <p></p><div style="text-align: right;"><i>(Escrito -y soñado- el 14 de Enero de 2023)</i></div><div style="text-align: right;"><i><br></i></div>Alrededor todo era verde; canchas de fútbol, muchas y bien marcadas. "Al látex, no a la cal...", me dije para mis adentros. El canchero se había tomado el tiempo de cortar en franjas con distinto sentido para que a lo lejos hiciera un efecto de dos tonos de verde. Estaban bien abovedadas para el natural escurrimiento.<p></p><p>Había terminado el entrenamiento aparentemente, aunque no veía ningún compañero, y yo me dirigí hacia los vestuarios que, por supuesto, el imponente predio también tenía. A lo lejos miraba dos nenes que corrían en círculo jugando a que el agua de los aspersores no los alcance. Esbocé una sonrisa y agaché la cabeza a tranco lento. "Nunca me gustó caminar rápido", pensé y me acordé de las (pocas) veces que bajando del tren o del subte, suponiendo que iba a un buen ritmo, todos me pasaban sin mayor esfuerzo. "Eso tampoco me gusta de Buenos Aires. Todos a las corridas. Todos llegando tarde a algún lado sin detenerse a ver algún detalle en un balcón, una gárgola o una cúpula a lo lejos".</p><p>Un puente arqueado de madera semidura unía la zona de vestuarios con un área de esparcimiento, juegos y los típicos equipamientos para hacer ejercicios en plazas, divididas por un arroyo de cauce escaso pero pintoresco. Un señor de edad avanzada que denotaba haber sido muy deportista desde jóven, hacia abdominales, recostado sobre uno de esos bancos metálicos, trabando los pies en un soporte redondo, también metálico y pintado de amarillo. A los lados de las orillas unas flores amarillas se animaban a crecer entre el césped también prolijamente cortado y mantenido como un campo de golf de los que se ven en la tele.</p><p>Una batería de containers blancos bien dispuestos, con indicadores en azul, señalizaban que ese era el sector de vestuarios y sanitarios y los sanitarios. </p><p>Bolso en hombro, entro por un pasillo y giro a la derecha donde marcaba "VESTUARIO MASCULINO". Cuando paso la puerta vaivén, me encuentro con Lionel sentado en el piso, en cuero, short blanco de Argentina del 2021 y soquetes media caña, también blancos, con el logo de Adidas en negro. A los costados de cada pie, unos botines dorados con los cordones flojos. </p><p>Apoyado en la pared, con el cuello un tanto encorvado miraba el celular, absorto y con una mueca pícara, tecleaba cuando notó mi presencia. Inclinó su cabeza hacia mi persona y me saludó con sonrisa. </p><p>Devolví el saludo con total naturalidad y, apoyando mi mano derecha sobre la pared contraria a la que él estaba apoyado, cruce el pie derecho sobre el izquierdo y descansé la punta sobre el piso, dejando caer el bolso al piso, con sutileza, como quien deja la bolsa de la compra del super en la cocina cuando llega a casa. </p><p>Mis Puma King colgaban de los dedos índice y mayor de mi mano izquierda en forma de gancho, el botín zurdo tenia restos de pastos en la costura del borde interno. Hice un movimiento de dedos para que el derecho quede adelante y tapar ante Lio esa muestra de aspereza en el trato de la pelota. </p><p>Dispuesto a charlar como si me encontrara con cualquiera de mis compañeros de equipo del torneo de los sábados, me enteré que estaba de vacaciones y aprovechó para moverse un poquito, y ahora "boludeaba con el celu mientras espero a Anto que me busque" </p><p>Con total confianza y empapado de un coraje que no me caracteriza, me puse a repasar momentos del mundial con el mejor del mundo. Primero, le hice saber la tensión que tuvimos en esos primeros 30 minutos con Croacia, cuando se tocaba el isquio y parecía que no estaba bien. Cómo padecíamos cada vez que estiraba la zurda para puntearla y cómo aplaudimos esa guapeada que terminó en foul y final del PT </p><p>Sonreía tímido. Me animé a preguntarle si le dolía en serio o había sido un acting para despistar y después hacer cosas como sacar a pasear a Gvardiol 50 metros frenando y arrancando. Me respondió "Sí, todavía me molesta un poco", frunció la nariz y se tocó atrás. </p><p>Por último, le conté lo que sufrimos con mis amigos los segundos eternos hasta que pasaron la repetición del NO offside de Lautaro. "El que entiende de fútbol no gritó el gol hasta que vio la repe", deslicé dentro mío. No se me hubiera ocurrido ostentar saber de fútbol delante de Él. Sonrió y me dijo que estaba seguro que valía y por eso lo gritó con alma y vida.</p><p>También me propuse quitarle minutos de su tecleo vaya a saber con quién para detallarle mí experiencia en la plaza casi desierta durante la tanda de penales; me miró sorprendido cuando le dije que me encontré a dos, una pareja, allá a lo lejos sentados en el banco de la plaza abajo de un árbol y con una bicicleta playera roja apoyada del lado de atrás del respaldo, que no parecían estar al tanto de la situación. O sí, pero claramente no les importaba.</p><p>Se rió cuando le dije que me había metido en una casa ante las distintas oleadas de gritos que sobrevolaban a cuadras de distancias sin entender qué pasaba. Que me crucé el boulevard saltando y gritándole a mi amigo Agustín que me esperaba en cuero del lado de la plaza, con la remera de De Paul colgada en el hombro izquierdo, un vaso de vidrio en el derecho, los ojos grandes y la boca abierta, que le confirme que Tchouameni la había tirado afuera. Los segundos siguientes fueron eternos. Supusimos que habíamos errado y que ellos habían metido. Cruzamos la plaza en diagonal. La pareja seguía sentada como si fuese cualquier día y yo lamentaba que a ellos no les estuviera pasando lo que me pasaba a mí por el cuerpo en ese momento. ¿Qué sentido tiene la vida si ni siquiera el momento en el que podés ser más feliz como país te conmueve? Ya sé, que mañana tenemos que trabajar igual y que la selección no te va a dar de comer y todas esas frases no célebres que dicen los antifútbol y sobre todo los que desprecian el negocio del mismo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKu2Tr05VJ90dJvpVzdd_8ccrpUEBHuupKsVAv9xn76vSIbtgRj8jjbOvrzPMTeF5bNpgYXMdnhYrzeHh6HWoOU15-5H88NSZUlo7XYtMD9NSZ27Lv1E6VaPUposKzXM13EToxBHgCGp0ImV80dA5qK5Nx-X-6gQifFhZvwFZRat2LE6N5UopO69dhMNw/s3648/20221218_153524.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2736" data-original-width="3648" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKu2Tr05VJ90dJvpVzdd_8ccrpUEBHuupKsVAv9xn76vSIbtgRj8jjbOvrzPMTeF5bNpgYXMdnhYrzeHh6HWoOU15-5H88NSZUlo7XYtMD9NSZ27Lv1E6VaPUposKzXM13EToxBHgCGp0ImV80dA5qK5Nx-X-6gQifFhZvwFZRat2LE6N5UopO69dhMNw/s320/20221218_153524.jpg" width="320"></a></div><br><p></p><p>Pero ese día, cuando la señora salió caminando por el pasillo de las casitas bajas que estaban en la otra esquina de la plaza, agitando la bandera argentina con las dos manos, y tras ello se escuchó una oleada de gritos eufóricos que venían de todas direcciones, no supe cómo reaccionar. Se me dio por saltar como festejaban los goles en los videos inéditos que aparecen de la década del 50. Cuando me di vuelta Agustín se tapaba la cara arrodillado en la vereda de adoquines. Un salchicha pasaba por al lado sin entender, como los que estaban sentados en el banco con la playera apoyada atrás. La remera caída y el vaso ya no estaba. Nos abrazamos y corrimos la cuadra de calle de tierra que nos separaba de mi casa a los gritos y a los saltos. Agustín es de Boca, igual que Juan y el Supa que estaban a los gritos en la puerta de casa, también llorando. Con Martín y el Bicho ya habíamos festejado algunos campeonatos de River. Pero ese día sentí que la felicidad era completa porque por primera vez festejé con todos mis amigos. Si hasta la Marga, que sólo mira fútbol en los mundiales y quiere que gane River únicamente para que no estemos de mal humor, iba a estar dando la vuelta en la plaza. Y también Agus, que no sabe ni cuándo juega pero por chicanearme siempre alguna info consigue, a quien incluso una vez logré llevarla a la cancha de River, aunque en secreto, para que no la deshereden. Ella lo planteó como "una demostración de amor" a la que yo respondí que la mía era adaptarme diariamente a sus mates con variada cantidad de yuyos. Aunque los dos sabemos que ella fue la que tuvo la intención de ir ese día. Pero, volviendo al día en cuestión, lo importante es que también ella iba a estar festejando y con la cara pintada de celeste y blanco, y que unos días más tarde, en la tranquilidad de ya sentirnos campeones y con las tres estrellas bordadas, iba a sufrir como si fuera en vivo la repetición del partido en el momento del 2 a 2 de Mbappé.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5dMf4bPgyXi8WKz2fv2FwzS3NeJG8re68vPL_L0Mt_c6HudoV4790ZpGrhCjobCMyUtZmSGfabPV6WA_Umi4RV7N_B_5r--UelUILDhoCRQkDfJRJXhPWPWQ88W9IP4_1mABlug9u_wl7v7uwwqwHbgqOvBpVPq3teoy1gQgv9i2A3Q4Fnj9k_AWXdhQ/s3648/20221218_181133.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3648" data-original-width="2736" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5dMf4bPgyXi8WKz2fv2FwzS3NeJG8re68vPL_L0Mt_c6HudoV4790ZpGrhCjobCMyUtZmSGfabPV6WA_Umi4RV7N_B_5r--UelUILDhoCRQkDfJRJXhPWPWQ88W9IP4_1mABlug9u_wl7v7uwwqwHbgqOvBpVPq3teoy1gQgv9i2A3Q4Fnj9k_AWXdhQ/s320/20221218_181133.jpg" width="240"></a></div><br><p><br></p><p>Para no quedar tan pesado, hice como si estaba apurado y me despedí, no sin antes preguntarle si no le molestaba sacarnos una foto. Me senté en el piso para no molestarlo tanto, dispuesto a mantener apretado el obturador para sacar alrededor de 75 fotos iguales. </p><p>En ese momento, no sé de dónde, apareció Agus y, sin importar ni la foto ni con quien estaba, pasó pegando una cachetada livianita y de revés al celu para molestar, se rió y se puso en cuclillas atrás nuestro para salir también en los consecutivos multidisparos de la cámara. </p><p>Giré la cabeza y con la mirada intenté preguntarle si era consciente de quién estaba al lado y de lo que había hecho, pero no quería perder la oportunidad que se había presentado y volví a concentrarme en la foto. Sonrisa de oreja a oreja y a mirar la cámara de nuevo. </p><p>Cuando salí del vestuario, Agus ya no estaba. Del otro lado del arroyo estaba el profe Cri Elizalde (ahí deduje que no era Atlético ese lugar espectacular), esperándome porque la bicicleta estaba sin candado. Me puteó un rato a lo lejos hasta que llegue a contarle lo que había pasado. No me creía. </p><p>Le dije que vaya a comprobarlo y salió corriendo con técnica de carrera típica de profesor, rodillas levantadas y talones cerca de la cola en cada paso.</p><p>A los minutos lo vi salir, desconfiado, con cara de no haberlo encontrado. </p><p>Para que me crea, mientras se acercaba saqué el celular para mostrarle las fotos. La sorpresa fue ver que todas las fotos estaban borrosas y algunas totalmente oscuras. Otras, mal enfocadas a causa del chistecito de Agus. </p><p>Las únicas que habían salido bien eran las que estábamos los tres. Lionel, Agus y yo. Los dos sentados medio despatarrados y ella en cuclillas con la mano derecha apoyada en el hombro de Lio y la izquierda en el mío, sonriendo entre medio de los dos. </p><p>Me desperté enojado. Quería la foto con Messi yo sólo. La miré, me levanté y me fui a desayunar yogur Conaprole con cara de culo y la mirada clavada en la ventana. Minutos después mientras apareció ella de inmejorable humor, deseandome buenos días pasó para la cocina, sin saber lo que me había provocado... Nos cambiamos y bajamos a la playa.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYIuHQxAGtmzZlUzb7exsrgUxfjb3BKiBcgcIBhu-4Ehz6JgRzPhvjPtUJqs2SD9a-CmTPpRp_dOEmXVLBfHzbGFCTVN7WxvDxOQ8GcJbuZQ7jd4cCYfJvZcuKOm3-BO9hm_Z8sqvL-Emh7u1F4_-Y9foPwUKy0_UiZnTIeOBlSyCtLgM4k9fc2qJA5RQ/s3648/20230111_173048.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3648" data-original-width="2736" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYIuHQxAGtmzZlUzb7exsrgUxfjb3BKiBcgcIBhu-4Ehz6JgRzPhvjPtUJqs2SD9a-CmTPpRp_dOEmXVLBfHzbGFCTVN7WxvDxOQ8GcJbuZQ7jd4cCYfJvZcuKOm3-BO9hm_Z8sqvL-Emh7u1F4_-Y9foPwUKy0_UiZnTIeOBlSyCtLgM4k9fc2qJA5RQ/s320/20230111_173048.jpg" width="240"></a></div><br><p><br></p><div><br></div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-75144117727290302132023-03-30T10:51:00.005-03:002023-03-30T10:51:46.100-03:00Memorias de Mundiales<p><b>Parte 1: Abandonado en lo de Lucas.</b></p><p><span> </span>Las gotas caían haciendo burbujitas cuando golpeaban sobre los charcos que se habían formado con el correr de las horas. Ya estaba listo para ir a lo de Lucas, y miraba esa situación en loop mientras los demás se cambiaban. “Los demás” en ese entonces eran solo tres personas. Papá, mamá y Martin.</p><p><span> </span>Era divertido ir a lo de Lucas, quedaba cerca del club, tenía un patio enorme, una casa en el árbol y una goma de auto atada desde una soga gruesa que usábamos de hamaca. Aunque a mi me gustaba mas jugar a embocarle al hueco desde distintas distancias; me había comprado mamá unos botines Nike Tiempo negros con la pipa Blanca y unos detalles en flúo. Hermosos. Con esos iba a correr más rápido, pensaba. Pero me quedaban apretados. Y al mes me iban a quedar chicos, tenía razón mamá, pero estaban espectaculares y los quise igual. Los llevaba siempre a lo de Lucas, aunque ese día no entrenáramos, para practicar embocarle al hueco de la goma, y porque “si los usas se estiran” había escuchado decir a algún viejo en Parque. Pero Lucas no le ponía tanto entusiasmo entonces el juego se terminaba cuando los botines me apretaban mucho y me acordaba del viejo de parque y de mamá, o cuando algún pelotazo pasaba cerca del estante de madera que tenía varios bonsais que delicadamente cuidaba y criaba Juan, el papá de Lucas. Me encantaba ir a la casa de Lucas. Pero no ese día. No en esa oportunidad. No esa tarde de lluvia que caía haciendo burbujitas y el Vasco decía que entonces, si pasa eso, “va a llover todo el día”. </p><p><span> </span>Llovía y también hacía frío, esa tarde que, faltando algunos días para cumplir ocho años, mis papás me abandonaron en la casa de Lucas y “se fueron a Basavilbaso, o algo así” conté en ese momento, a una supuesta eminencia en ortodoncias para hacerlo atender a mi hermano.</p><p><span> </span>No se quien se la recomendó, ni en qué momento esa vieja dispuso que esa tarde tenía que dar un turno, ni por qué papá, cuando mamá le dijo que ese 30 de Junio a las 5 de la tarde tenían turno en un pueblo a una hora de acá para que lo vean a Martin, asintió sin chistar. Seguro se había olvidado. Hubiese sido fácil la respuesta: “El auto está en el taller, reprogramamos para otro dia”. Pero no, le pidieron el auto prestado a Luis, que era la pareja de la tía Ana, que era remisero y tenía un Duna color clarito, y después de dejarme abandonado en la casa de Lucas, partieron hacia Basavilbaso. Juan y Nora me saludaron y ya tenían varios juegos armados, pero a mí no me interesaban. Lucas me propuso ponernos a dibujar, tenía un tablón largo en la pieza, y muchos lápices. Acepté con desgano. Además el dibujaba mucho mejor. Las gotas seguían formando burbujitas en su caída, efectivamente, iba a llover todo el día.</p><p><span> </span>Y como llovía, tampoco podía jugar a embocar en el agujero de la cámara. Pero igual no tenía ganas, ni siquiera había llevado los botines. Los había dejado en casa. Además me apretaban un montón, pero ni loco lo asumía.</p><p><span> </span>Menos ese día. Que estaba enojado y me dolia un poco la panza. ¿Por qué no podíamos estar en casa como los otros partidos? Si papá nos había enseñado que todos los planes del fin de semana se organizaban en función del horario del partido. ¿No nos había levantado un día a las seis de la mañana para ver a River en Japón? Y nos amargamos con el gol de Del Piero, aunque él se iba a trabajar y yo no entendía muy bien qué pasaba. Y ya sé que no era River, pero era Argentina, y contra Inglaterra, y los otros partidos los habíamos mirado en casa mientras él movía de manera incesante la pierna y rechazaba algunas pelotas que caían en el área y pateaba cuando estaba Bati en el área rival. Si hasta mamá se sentaba a mirarlos. Y además jugaba Ortega, que era mi idolo, pero como no me salia imitar sus frenos, tambien elegia al Mono Burgos. Pero no jugaba. Passarella lo habia elegido a Roa, que segun papa era “medio raro, musulmán o algo de eso, y no come carne”. </p><p><span> </span>Me molestaba que no jugara el Mono por ese Raro. Yo quería verlo hacer “la de Dios” y que se levantara mascando chicle y riendose en ese estadio que era en Saint Etienne y el nombre me recordaba a la abuela Queca, que unos meses atrás me había hecho escuchar “La Marsellesa”, advirtiendome de antemano “es el himno mas lindo del mundo”. Casi de forma imperativa; y de la señorita Blanche de francés que nos había enseñado a pronunciar los estadios y las ciudades del mundial, pero los periodistas lo hacían mal.</p><p><span> </span>Solté los lápices, además no había dibujado nada. Me senté en la cama apoyando la espalda contra la pared y miraba, en un TV 14 pulgadas de carcaza roja que estaba en la punta del tablón, por primera vez, un partido solo. Y digo solo, no por recordar el abandono, sino porque Lucas seguía dibujando ensimismado en alguna historieta; Juan y Nora probablemente dormían en la pieza de al lado.</p><p><span> </span>Lucas salió por un ratito de su introspección artística porque de entrada nomás el Bati, con algo de suspenso, se la puso contra el palo a Seaman que usaba bigotes y pelo largo, y le había adivinado la intención; lejos de gritar el gol, su observación fue que ·tenía nombre de superhéroe. Había encontrado otro personaje para su historieta. Enseguida nomás Shearer nos empató y Owen, que tenía cara de nene de algunos años más que nosotros, lo dejó pintado a Ayala y puso el 2-1. Quería que el timbre sonara y sean papa, mama y martín viniendo a buscarme para ir a ver el partido a casa y que papa rechazara en el área nuestra y pateara al gol en el área rival. Pero no.</p><p><span> </span>Orteguita frenaba y arrancaba en Francia, y acá, en Argentina, llovía con burbujitas. Empatamos con gol de Zanetti y terminó el primer tiempo. Del segundo tiempo no me acuerdo. </p><p><span> </span>En un momento Juan se asomó por la puerta y dijo algo de los ingleses, pero creo que no tenía nada que ver con el fútbol; Lucas le mostró su nuevo superhéroe de bigotes y guantes. Mientras yo me escondía debajo de la cama para que el superhéroe, que para mi era villano, no triunfara en los penales. </p><p><span> </span>Ese día descubrí que aunque yo lo quería al Mono, tambien podia gustarme Roa, y que no era musulman, sino adventista y vegetariano, por eso le decían Lechuga; y me entere que, a veces, los dolores de panza son por nervios, que papá agotó la bocina del auto bajo la lluvia que hacía burbujas a la vuelta del viaje a Basavilbaso, y que el tío Luis, aunque tuviera un Duna color clarito, no era remisero, sino psicólogo.</p>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-37414571103730042752022-01-30T23:40:00.001-03:002022-01-30T23:40:39.422-03:00Es domingo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGwQAHmJPiTwhwCtF5weYtFKCyxkN_Dghcbe1EP95aeuA1c1afgM3nYL3l5vGQujB9di29sBOCpK2m3Wf6xlD6a-Y4k7Wx847YMAI_S30YLvh1W7CFdQ8hoSN2IDWbCTy1tZxREkygQnQ/s1600/1643596833950178-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGwQAHmJPiTwhwCtF5weYtFKCyxkN_Dghcbe1EP95aeuA1c1afgM3nYL3l5vGQujB9di29sBOCpK2m3Wf6xlD6a-Y4k7Wx847YMAI_S30YLvh1W7CFdQ8hoSN2IDWbCTy1tZxREkygQnQ/s1600/1643596833950178-0.png" width="400">
</a>
</div>Es domingo. Atrás de unos álamos que vienen perdiendo la pelea por no secarse, el sol se desploma y esconde en el horizonte de pastizales amarillentos y algunos espinillos aislados.<div>Ahora estoy en Sarandí. También es domingo. Algun domingo del '98. Los álamos son los pinos de la casa de los papás de Juan Eduardo, que tiene ocho como yo, y caza lagartos. El sol se deja entrever unos minutos más entre las copas finas y altas. Subimos al auto los tres. Emi al medio, Martin y yo a las ventanillas como corresponde por ser mayores. La pelota quedó en el baúl, para que no peleemos, dicen. Es re pesada, papá se la compró a un amigo para ayudarlo, creo que dijo. Lo bueno es que no corremos riesgo que se nos vaya por encima de la tranquera porque no la podemos levantar.</div><div>Mamá y papá están terminando de despedirse y hablan temas que no entendemos ni nos interesan. Aunque en la radio una señora cantaba que “es Domingo y por lo tanto no hay trabajo”, la chimenea con la camiseta de Croacia sigue humeando y me acuerdo de Davor Suker, que hizo un montón de goles en el mundial de Francia, y es parecido al actor de “La Niñera”.</div><div>El portazo de mamá cuando sube al auto con las dificultades que implica el embarazo de los mellis, me descuelga de mi divague. Van a ser un nene y una nena. Papá dice que al varón le quiere poner Demetrio por no sé qué vecino de cuando era chico, y Magdalena, por alguna tía, o algo así. Mamá al principio se enoja y ahora ya se ríe porque sabe que no se van a llamar así. Saludamos con la ventanilla baja. La de Martín. Yo quedé del otro lado. Tito está con el antebrazo izquierdo apoyado en la tranquera, que ahora está abierta porque ya dejamos de jugar, y para que podamos salir. Sonríe y agita la otra mano saludando, le dice algo a papá cargándolo y los dos se ríen. Me gusta verlo sonreír porque muchas veces está serio y parece que habla retándote, el Tito; sobre todo cuando juega al truco y canta falta envido con tres negras.</div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-53598868094062737692020-09-06T23:53:00.002-03:002020-09-06T23:53:30.661-03:00Falta envido, truco y la mamá del Polo<p>"Murió la mamá del Polo".</p><p>La frase atravesó el ambiente como un viento helado poco probable en una noche húmeda de febrero, y el silencio se apoderó de la mesa. Los cuatro que jugaban al truco dejaron la mano en la incertidumbre de una <i>falta envido </i>que Pablo había osado cantar con la confianza de quien tiene <i>treinta y tres de mano</i>, pero tenía apenas <i>veintidós. Y de pie. </i>Sin embargo sus contrincantes dudaban, hasta que llegó esa frase que tiró por el suelo la falta, la mano y la partida en curso.</p><p>Por unas milésimas de segundos, que parecieron eternas, nadie dijo una palabra, ni los cuatro jugadores, ni Manuel que estaba sentado en una banqueta alta mirando el celular y de reojo el tanteador del partido para volver a entrar, mirando desde afuera porque habían perdido con el <i>Rata</i>. El disparador de la primicia triste.</p><p>El <i>Rata </i>siempre corría detrás de la primicia, o de los chusmeríos, arrebatado, y sabía que era así aunque se enojara cuando lo cargaban sus amigos. Ese arrebato fue el que generó el impacto de la frase, además del contenido, como si la hubiera escupido sin querer.</p><p>El primero que atinó a decir algo fue <i>Nacho</i>, que tenía <i>treinta </i>pero estaba a punto de decir que<i> "No, jugá nomás", </i>cuando lo interrumpió la noticia.</p><p>"Pobre Susana" dijo. Inmediatamente después se zambulló tres cuartos del vaso de cerveza que ya estaba transpirado por el calor y la humedad de esa noche.</p><p>"De paso ya brindaste a su memoria" le contestó con sorna su compañero de truco, el Chueco, mientras miraba cómo bajaba considerablemente el líquido dorado del vaso, hasta quedar apenas unos restos espuma que se iban desvaneciendo en las paredes de vidrio.</p><p>Nacho se hizo cargo del comentario, disimuló un eructo y levantó el vaso vacío a modo de saludo al cielo.</p><p>"Déjense de boludear, che..." les recriminó Juan, que hacía menos de un minuto estaba sufriendo y comíendose las uñas porque sabía que Pablo había cantado sin nada, mientras bajaba el volumen del parlante mientras <i>Los Redondos contaban las andanzas del Capitán Buscapina.</i></p><p>"¿Quién te avisó, Rata?" preguntaba Pablo, mientras otro consultaba si alguien había hablado en esos días con Polo, que hacía años vivía en Buenos Aires, y ya de novio, no volvía tanto. "Parece que a la mina no le gusta mucho venir acá. Dice que es un pueblo, que la deprime", afirmó Nacho con la seguridad de quien desenfunda una verdad absoluta, pero en realidad no tenía pruebas de lo que acababa de decir. Los demás asintieron, y también se quejaron de que sea así. Se escuchó un "Pollerudo", que enseguida fue reprendido por la gravedad del contexto.</p><p>"Estaba jodida hace unos meses ya..." comentó Pablo mezclando las cartas lentamente como para tener las manos ocupadas, mientras fijaba la vista en el <i>porta-vasos </i>de no sabía cuál edificio de qué ciudad de Europa que los padres del <i>Chueco </i>habían traído de recuerdo. El vaso le tapaba el nombre y parte de la foto, y tampoco se interesó en levantarlo para quitarse la duda.</p><p>Manuel era el único que no había pronunciado palabra alguna. Solamente miró fijo al <i>Rata</i> cuando lo sorprendió la noticia. Le sostuvo la mirada unos segundos hasta que comprendió la literalidad de la frase. Volvió a perderse en el celular, pero en realidad no prestaba atención a lo que reflejaba la pantalla ni a sus notificaciones, que le avisaban que se estaba quedando sin batería.</p><p>Se sumergió en una sumatoria de recuerdos mientras los demás comentaban cosas sobre Polo, su mamá y "cómo estarán Ricardo y los demás".</p><p>Manuel había sido siempre el más cercano a <i>Polo</i>, desde chicos. Hipólito, como le decían en su casa cuando lo retaban o le llamaban la atención. Y Susana había estado presente en todas esas etapas. Se conocían desde el <i>preescolar</i>. En primer grado, ellos le habían puesto el apodo que todavía llevaba puesto el que había dado la funesta novedad: <i>el Rata, Lucio </i>hasta ese día, había ido con unas medias a clase que tenía dibujos de ese animal, y a partir de ese momento, hasta ahora, fue siempre<i> el Rata. </i>Se acuerda que Susana los retó, un sábado de mañana, cuando le contaron que tenían un compañero que le decían así, y por qué. No entendieron, si el Rata se había reído, ¿por qué estaba mal? De hecho se hizo tan poco problema que adoptó el apodo como propio, y veinticinco años después, pocas personas saben que se llama Lucio.</p><p>Con Polo, además de la escuela, compartían el barrio, y el club. Y ahí también había estado Susana, con sus papás también. Todos los sábados. Frío, calor, a la hora que sea. </p><p>Y estuvo después, a los doce años, cuando pasó lo de su papá. Entonces fue cuando Manuel empezó a frecuentar aún más la casa de Polo; sentía que era el único lugar donde no los miraban con lástima. Manuel odiaba ese sentimiento, aún hoy. Se obligó a no sentir pena ni lástima por nadie.</p><p>Quizá por eso es que reprimía tanto sus ganas de llorar, para que no le tengan lástima. Aunque ahora recordando esas cosas le habían dado un poco de ganas. Entonces lo asaltó el recuerdo de la última vez que lloró. Había sido a los catorce o quince años, después de ese partido que perdieron con Belgrano, <i>uno a cero</i> sobre la hora. Pero no sólo eso, cuando volvían caminando a sus casas, con Polo, los pibes de Belgrano pasaron gritándoles y riéndose de ellos. Eran cinco. Polo amagó a correrlos para pelear, pero él lo frenó. Siempre fue más cauteloso, aunque a veces lo tildaran de miedoso.</p><p>Cuando llegaron a la casa de Polo, que quedaba de camino a la suya, Susana los vio con bronca y les dijo algo así como que a veces se gana y a veces se pierde, que sonó poco convincente. Pero atrás de eso Polo desembuchó, entre insultos, la verdadera razón del enojo.</p><p>"No les den bola. Son unos idiotas". La que había dado ese veredicto no fue Susana, sino Camila, la hermana de su mejor amigo. Apenas escuchó levantó la vista, que mantenía fija en el cordón de la vereda, cabeza gacha, para que no se notara que tenía los ojos vidriosos y un poco de ganas de llorar de la calentura.</p><p>Entonces se detuvo en los ojos grandes y oscuros, de quien había sentenciado, por un lado a los del Belgrano con su calificación, y por otro a él. ¡Qué ojos tenía, por Dios!</p><p>Ella ya estaba en quinto año, y aunque iban al mismo colegio, las chicas más grandes nunca le prestaban atención a los más chicos. Ni siquiera a los de su edad. Manuel se veía complicado.</p><p>Rememorar ese momento preciso, le produjo otra vez la sensación de los ojos vidriosos, por tristeza o por melancolía; se refregó los ojos y parpadeó un par de veces para despabilarse.</p><p>El truco, después de hablar un rato de Polo y contar algunas anécdotas graciosas, había vuelto a comenzar.</p><p>Mientras pensaba lamentándose que nunca le pudo decir a Susana que estaba perdidamente enamorado de su hija, un grito desmesurado de Pablo lo bajó a tierra. Otra vez estaba mintiendo con la <i>falta envido</i>.</p><p>Hizo una mueca de sonrisa con la mitad de la boca, meneó la cabeza y preguntó cuánto iban.</p><p><br /></p>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-12696361359906066122020-09-05T10:45:00.002-03:002020-09-05T10:45:45.731-03:00TERMINAL<p><span style="background-color: black; white-space: pre-wrap;"><span style="color: white; font-family: inherit;">Escribir desde el desvelo es, quizá, una de las situaciones que más me acerca a mí época como estudiante en La Plata. Incluso más que trabajar en AutoCad o cualquier otro programa por el estilo. Ya sea por elección –leer, escuchar a Dolina, o simplemente aprovechar el silencio para dibujar o estudiar mientras la ciudad dormía y ganaba la tranquilidad- o por obligación, era algo recurrente. Cuando era por obligación, y sobre todo contrarreloj porque había que terminar para esa mañana siguiente, la percepción del desvelo era diferente. Se marcaba en distintas etapas o estados que generalmente, aunque pudiera variar el orden, se repetían todas las veces que trasnochábamos. Sí, en primera persona del plural. Y éste es un punto a remarcar porque no es lo mismo pernoctar solo que acompañado. Bajo ningún contexto. Pero menos cuando estás haciendo una entrega para la facultad. El olor a café. Pero no se imaginen el de la publicidad de la tele. No, uno así nomás, sin batir, sin espuma, sin dedicación. Con el único objetivo de mantenernos en situación de alerta. Como si lo hiciera el Cholo Simeone, poco vistoso pero efectivo.</span></span></p><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">La guitarra, para el que sabía tocar. Y para el que no. De Los Redondos a Pink Floyd, de Pink Floyd a Zeppelin y de Zeppelin a Los Palmeras, sin escalas.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">El buen humor, el mal humor, un tercer estado incalificable que se descubre cuando toca trasnochar día por medio, o casi.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">La charla normal, las dudas, los cantos a los gritos, las letras de las canciones inventadas, los silencios.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">Un soldado que cae, y los otros avanzan. Cambios de guardia. “Cada día que trasnochamos, nos quita un día de vida”, sentenció un amigo en una situación crítica avanzadas las cinco de la mañana, en invierno, deseando que la noche sea eterna porque no llegábamos a las nueve para corregir. Ese día decidimos que cuando termináramos de cursar no trasnocharíamos más por dibujar. Debería escribirles a ver si, al igual que yo, cumplieron su promesa. </span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">El mate infaltable que certifica que el entrerriano es el mejor, por recipiente y por preparación. Pero en ese momento no importa, calabaza, madera, forrado en metal, lata, plástico. Al igual que el café y el Cholo. Lo único importante es el resultado.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">Como pasaba en esas noches de desvelo que empezabas planeando y pensando una cosa y terminabas en otra muy distinta, es que el título dice “TERMINAL” y lo que sigue abajo no tiene nada que ver. O en una de esas, sí. Porque también me desvelaba cuando viajaba en el “Directo” a La Plata toda la madrugada.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">La palabra en sí no tiene una connotación muy positiva. En ningún ámbito. Además, ¿Por qué se llama TERMINAL si no siempre estamos terminando en ese lugar? A veces todo lo contrario. ¿Estación sería más adecuada?</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">La nuestra en particular, es fea. Dicen que alguna vez fue la más linda de la provincia. Difícil era imaginarlo un domingo, o ya lunes casi de madrugada. El aspecto de abandono, los mosaicos viejos y gastados, las aberturas de chapa que no cierran, o no abren. Los colectivos que no entran hasta la plataforma porque el techo quedó bajo y, por lo descascarado del cielorraso en la losa, se ve que algún chofer lo comprobó fehacientemente. Un colectivo que llega. “Debe ser ese. Ah no, dice ROSARIO”. Otro que llega, pero de otra empresa. Gente que baja. Gente que sube. Abrazos de despedida, varios. Abrazos de bienvenida, pocos. Una chica despide a su novio, que le dice que ya sube así se puede ir a dormir, que ya es tarde y mañana se levanta a las cinco de la mañana, ella le dice que sí, pero espera lo necesario hasta que el colectivo da marcha atrás y se dispone a salir, para saludarlo, ventanilla mediante, y varios metros también. Él interpreta ese sacrificio de pocas horas de sueño como una demostración de que lo quiere, aunque ya se lo diga, y le aliviana la vuelta. “Avisa cuando llegues…”</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">En estos tiempos donde abundan los blogs y páginas que dicen interpretar con ridícula seguridad, a qué se refieren algunas letras difíciles de entender de Los Redondos, me pongo en ese rol y afirmo que el Indio seguro estaba en una terminal cuando se le ocurrió que “las despedidas son esos dolores dulces”.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">Una vez, a la espera de uno de esos tantos viajes de vuelta a la rutina platense, y percibiendo todo esto, comenté en voz alta qué me parecía triste nuestra terminal. Mi viejo me respondió, pausado y tajante: “Todas las terminales son tristes”. Esa noche viajé pensando en esa afirmación. Con el tiempo me di cuenta que depende si te estas yendo, o si estas llegando, si estas volviendo, o si vas a conocer una nueva. Me gusta como pasatiempo cuando estoy entrando a una, pensar hacia dónde va esa gente que espera, y quién los espera a ellos en otro lado, si así fuese.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">La de acá, por desidia o por el paso del tiempo, o por ambas, era triste. Lo era funcionando, no puedo imaginar lo que es en esta situación. Pocos lugares pueden denotar una sensación de soledad más absoluta que una terminal de ómnibus cerrada.</span></div><div dir="auto"><span style="background-color: black; color: white; font-family: inherit;">Un tipo sentado en un banco temblequea y mueve las piernas como si fuese jineteando un caballo a galope desenfrenado y se mira en el reflejo del vidrio de esa ventana que no cierra, o no abre. Él no se va a ningún lado. Por eso se llama terminal.</span></div></div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-6526569434405536212020-05-12T19:16:00.001-03:002020-05-12T19:16:58.108-03:00Crónica de un estadio vacío por la cuarentena<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_G72LbOcQDMkg-kzctqjXPXquaQSfEJrG8xhl9whx_KFOzEvj5BWxMZTxVyb8K2pBK4A6iiov5m8qXYbV0ohaucdd4cvEsfyHQU0QqubAU8dYDJjD3GjiW2z_ZiWb0_SlXdmkw0hp8HU/s1600/75737387_10220976214412172_7015109774073135104_n.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="132" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_G72LbOcQDMkg-kzctqjXPXquaQSfEJrG8xhl9whx_KFOzEvj5BWxMZTxVyb8K2pBK4A6iiov5m8qXYbV0ohaucdd4cvEsfyHQU0QqubAU8dYDJjD3GjiW2z_ZiWb0_SlXdmkw0hp8HU/s640/75737387_10220976214412172_7015109774073135104_n.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>ESTADIO <i>SIMÓN LUCIANO PLAZAOLA</i></b></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<br />
Hoy estuve en el Plazaola. Está raro. Dice que no ve a nadie más que al Misio, que lo corta y lo deja prolijo, dice también. Y se queda esperando que el Colo entre con su renguera a cuestas, el hilo, el balde y el rodillo. Pero rezonga que hace rato el Colo no lo pisa para pintarlo, y el Pela tampoco. Está un poco ofendido. No entiende. Es como los perros. Se acostumbran a la rutina. Misio riega, al otro día corta, Colo pinta, pone la sillita, ata las redes, las deja bien tirantes y escuadradas, no como esas del Morumbí de los '90 que parecía que el canchero no tuvo ganas y las ató arriba y lo de abajo lo dejó que caiga, como la cola de un vestido de novia. El arco tiene que estar prolijo. Tirante. Como lo deja el Colo, insiste. Porque recibe lo más lindo del fútbol. El Gol. Pero no viene. Lo espera ansioso, con el aroma irresistible del pasto recién cortado. No sabe qué hace que no viene. Porque a él lo tienen acostumbrado que cuando eso pasa, después se acerca lo que le gusta. Se van encendiendo las luces. Afuera de las líneas de cal, lo siente, se arrima gente, se saludan, alguno pega un grito y otros se dan un abrazo, porque se puede. Se prenden del alambrado y hablan de la cancha como si supieran; los escucha y se ríe. El humo empieza a salir por la chimenea de la parrilla y el olor a choripán perfuma el ambiente.<br />
Percibe arengas provenientes de debajo de la platea. El hormigón genera el rebote y aparentan ser muchos, pero no se entiende lo que hablan. Lo invade una mezcla de nervios y excitación. No logra entender por qué con cientos de partidos encima, todas las veces le pasa lo mismo. Lo piensa siempre a eso, pero no tiene tiempo de ponerse a reflexionar ahora. Ya se vienen. El chirrido de la tapa del túnel corriéndose lo conmueve. Los gritos se escuchan más y más fuerte, los tiene al lado y se transforman en un solo alarido. El ruido del repiqueteo de los tapones lo ensordece y entonces ahora sí. La sensación tan agradable de recibirlos. Nota que algunos dan 3 saltitos con un mismo pie y después corren en velocidad y en zigzag como un perro cuando ve abierta la puerta de calle y se escapa.<br />
<br />
Y la pelota rueda…<br />
<br />
Pero hoy no, hace más de dos meses que eso no pasa. No siente la caricia de la pelota rodando. Ni el pie deslizando preciso como una Gillette entre el césped y hace que la pelota viaje, pero va inmóvil en el aire. Siempre le gusta ver eso. Como si sabe adónde se dirige. Y no esos revoleos de algunos que la pelota gira y gira en el aire y parece que no va a bajar nunca. Algunos la lastiman. Ya no se acuestan los arqueros, ni besan la pelota atenazada acostados. Ninguno refriega la cara en él, con el ceño fruncido y se revuelca por una patada de atrás. Y por suerte tampoco nadie le pega tan mal que levanta un metro por el aire un pedazo de césped y se lleva de recuerdo tierra y pasto en la comisura de la suela y la punta del botín. Eso es lo único que no extraña, pero todo lo otro sí.<br />
<br />
El Plazaola nos extraña y nosotros también.<br />
<br />
Nos volveremos a ver.Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-20026762588654876232020-03-25T16:15:00.000-03:002020-03-25T20:57:27.615-03:00Y al quinto día le escribió...<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Quinto día
de cuarentena. Podría haber sido el cuarto. O el sexto. Da igual. Ya el
encierro lo tenía bastante desorientado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Aunque lo
venía llevando bastante bien. Si fuese un partido de fútbol, cosa por la que se
regía su calendario anual y que en este momento lo tenía en blanco porque <span style="color: red;">─</span>por la cuarentena, obviamente<span style="color: red;">─
</span>tampoco había futbol, hubiese dicho que fue un partido de trámite parejo
pero controlado, con algunos sofocones en las áreas de la noche, y a veces en
las mañanas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">“Esto de la
tecnología hace todo un poco más fácil” pensaba, y se reía de sí mismo que
encerrado y con esas frases ya estaba hecho todo un jubilado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Además, la
soledad nunca fue algo que le molestara, más bien le gustaba. “Pero me gusta
elegirla. Estar solo. No sentirme solo. No es lo mismo”, aclaraba siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">La soledad
y el frío también le gustan. Pero hoy hace calor, desde temprano supo que iba a
ser un día sofocante, y eso también hizo que se levante de manera
apesadumbrada, como si tuviese dos o tres frazadas de lana de esas tejidas por
no sé cuál de sus familiares de hace algunas generaciones atrás, como las que
le encajaban en el campo cuando iban a carnear en pleno invierno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">La noche
anterior no había<span style="color: red;"> </span>anunciado este calor, pensaba.
Incluso aprovechó la brisa fresca que entraba por la ventana para abrir las
ventanas. “Ventilación cruzada, para optimizar la circulación de aire”
recordaba máximas que le quedaron de la carrera. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y la brisa, además de ventilar y de permitirle
apagar el ventilador y poder disfrutar lo más profundo del silencio sin el
traqueteo que producía ese trasto viejo, y seguro chino como el virus, lo tentó
a tomar un whisky y otra vez se encontró riéndose de él con el comentario de la
tecnología, abriendo ventanas para ventilar la casa y tomando whisky a la noche
completamente solo, decididamente era un jubilado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">No sabe
bien si el whisky, el silencio o tantos días encerrado sin nada ni nadie más
que su propia compañía y la de su perro, lo habían llevado a pensar en varias
cosas. Y se fue a dormir con algunas ideas, pensando que al otro día esos
pensamientos no estarían. “Esa frase boluda de ‘Mañana será otro día’” piensa
chasqueando la lengua y meneando la cabeza mirando el desorden que quedó en la
mesita ratona entre el vaso vacío, la botella que casi estaba en la misma condición,
el libro de una novela que hacía 9 años había empezado y se había dispuesto a
terminar durante el encierro, y ese olor a espiral que todavía permanece en el
ambiente y lo invadió ni bien abrió la puerta corrediza que comunicaba con el
living-comedor. Porque a pesar de la brisa, los mosquitos no dieron acuse y
habían estado bastante molestos. El zumbido ya lo alteraba. Y una vez había leído
no sabe en dónde que ese era justamente el objetivo del zumbido: alterar la
tranquilidad, que la sangre corra más rápido y sea más eficiente la picadura.
Vaya uno a saber, pero sonaba bastante lógico si así fuera, y con él funcionaba
a la perfección. Siempre pensaba que era un blanco fácil para ellos. Cuando estaban
en reuniones se quejaba porque lo picaban solo a él y los demás seguían como si
nada. Los tobillos más que nada. “Es que ustedes no tienen sangre, amargos”
contraatacaba cuando los amigos lo molestaban por sus quejas ante las picaduras.
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se dispuso a juntar y dejar todo lo más acomodado
posible, dentro de un contexto de soledad y cuarentena que no le exigía un
orden muy estricto, porque en todo caso el desorden era suyo, y hay pocas cosas
más ordenadas que el propio desorden donde uno encuentra las cosas sin
buscarlo. Una vez que según su visión estaba todo alineado dentro de esos
parámetros anormales que la situación establecía, puso la pava eléctrica y
cuando sonaron los pitidos señalando que el agua había alcanzado la temperatura,
pensó qué buen invento para los ansiosos había sido ese; más allá de la
pintoresca imagen de la pava calentándose en la hornalla y echando vapor por el
pico y algunas silbando, prefería ese timbre agudo de la eléctrica, y sobre
todo la velocidad, claro. Ahora está sentado, humedeciendo la yerba y mirando
absorto como el agua desaparece instantáneamente adentro del mate, dejando
apenas un burbujeo arriba. Toma el primero. Ruido cortito. Ceba el segundo y se
queda mirando fijo la canilla de la mesada de la cocina, que se había
descalzado del orificio y parecía mirar para abajo, triste, conmovida por el
efecto del virus. Pero en realidad no está mirando nada, ni a la canilla ni al
perro que da vueltas alrededor de la mesa y pasa acariciándose con sus piernas
para llamar su atención. No anduvo. Además de ser una frase pelotuda, no
funciona en cuarentena porque todos los días son iguales. Está dándole vuelta
las cosas que le quedaron de anoche.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">¿Desde
cuándo se había hecho el filósofo para ponerse a pensar en todas esas cosas en
vez de estar haciendo algo productivo o, directamente, durmiendo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Pero sigue
con eso en la cabeza. El aislamiento y el virus que tiene a todo el mundo encerrado,
no lo preocupa demasiado, pero sí lo puso un poco taciturno y nostálgico.
Entonces empiezan –o siguen- las preguntas sin respuestas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">“¿Qué nos
está dejando todo esto además de enseñarnos cómo lavarnos las manos? ¿Y qué nos
va a dejar? ¿Es todo una prueba para ver cuantos pelotudos hay en el mundo que
ante la cuarentena salen igual? Hay muchos más de los que pensaba” Esa fue la
única respuesta que, hasta ahora, supo contestarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Pero además
de eso, y ahí es donde se cuestiona su rol de filósofo berreta de Instagram,
empezó a fantasear en qué pasa si el virus termina con todo. Si después de
tantas premoniciones, de los mayas, de Nostradamus, de los astros… un chino que
se comió una sopa con un murciélago termina con todos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Sabe que
no, que no se va a acabar todo. Pero… ¿Y si sí?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">¿Si al
virus se le canta y lo deja de garpe ahí nomás con todas las cosas que no hizo?
Si le cae y le dice “Mirá, por timorato y por cagón, porque aunque soy chino te
hablo en argentino, te venís conmigo. Ahora. Así. Con la cama sin tender y con
la ropa que tenés puesta nomas. Que de hecho te queda bastante ridículo ese
‘shorcito’ de futbol turquesa y esa remera toda descuajeringada. Lavate los
dientes y vamos. Las manos deja nomás, ni te calentés” <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Entonces,
aun sabiendo que no va a pasar eso. Que el virus no va a venir, que no va a ser
La Parca y menos hablándole en argentino, se comenzó a preguntar, ¿qué pasa si
pasa?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y pausa el
mate, deja tranquila a la canilla deprimida, desatiende la radio que hablan con
no sé qué periodista de España que les cuenta cómo viven allá la crisis, va al
baño y se mira al espejo, y además de verse en short y remera, con barba
desprolija de varios días y despeinado, total qué importa, si estamos en
cuarentena, piensa si está conforme si se tiene que ir ahora. Si está conforme
con lo que ha hecho hasta esa mañana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">¿Es la
persona que hubiera querido ser si se mirara con perspectiva? ¿Se cagó de risa
lo necesario o hasta más? ¿Se emborrachó lo suficiente con sus amigos? ¿Vivió
lo que quería dentro de lo que podía? ¿Gastó el tiempo donde y con quien quiso
estar? ¿Se la jugó alguna vez por una persona que quería y amó lo suficiente a
alguien como para no irse sin experimentar realmente ese sentimiento o se iba a
ir para el otro lado sin saber lo que era? <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y ahí está
lo que le hace ruido. Es un todo. Pero eso último es lo que desde anoche le
está retumbando en la cabeza como la pelota contra el tapial del vecino antes
que lo retara el padre porque se aflojaba el revoque. Eso de amar. O no sé si
de amar que le suena tan fuerte. Pongámosle querer. O de jugársela por alguien.
¿Lo hizo? ¿O Su rol de tipo parco y poco demostrativo no se lo había permitido
o tuvo –y tiene- miedo al qué dirán y a que lo dejen pagando? ¿O las dos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y además de
hacerle ruido, y de retumbar como la pelota en el tapial del vecino y de
plantearse si se la había jugado y había amado, le hace recordar esa noche. Y
se lo hizo recordar a la noche solo con el whisky, y se lo sigue recordando a
la mañana solo con el mate, con el perro franeleándose en las piernas, mirando
sin mirar la canilla deprimida de la mesada de la cocina, y mirándose al espejo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Esa noche
sí hacía frio. Hacía frío y llovía, se acuerda. Mucho llovía. Esas lluvias que hacen
burbujita cuando caen y dicen que supone que va para largo. Y a él le gusta la
soledad, y le gusta el frío y la lluvia también. Bicho raro…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Pero esa
noche llovía y no estaba solo. Y se dio cuenta que le gustaba no estar solo. Y
hablaba. Y eso no le gusta tanto. O no le sale, más bien. Pero ahora habla, por
estrategia, por nervios, por desesperación o porque tiene un par de birras de
más. Habla. Y afuera llueve. “Como si fuera la última vez”, pensaba que era
otra frase medio pelotuda, pero si era la última vez que lo agarre ahí, en esa
casa y con ella. Que sea ahí que se caiga el mundo si quería. Que por el ruido
constante y ensordecedor que provocaban las gotas en el techo de chapa parecía
no estar muy lejos de pasar. Y a él, el tipo parco y poco demostrativo, y que
le gustaba la soledad y dormir solo, lo hubiesen encontrado embobado hasta los
huesos con alguien que había visto apenas una vez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y hablaba,
por todas esas cosas, hablaba y veía que le sostenía la mirada y se agarraba de
eso para mantener la mínima esperanza de que lo que le decía le importaba, o
que él le importaba, y que no se aburría y quería que ese pesado se vaya de su
casa. O que afloje la lluvia un poco para que ese pesado se vaya de su casa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y entonces
pasó lo que ni siquiera en la más empalagosa novela romántica alguien se
atrevería a escribir porque denotaría falta de imaginación en el escritor para
salir del paso de una situación con algo exageradamente poco probable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y lo que
pasó fue que se cortó la luz. Pero no solo en la casa. La casa, la cuadra, el
barrio, y probablemente toda la ciudad se encontraban a oscuras y bajo un
“diluvio universal”, que no tenía ni idea cómo había sido, pero si lo tuviera
que imaginar, lo imaginaría bastante parecido al de aquel día.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y a aquella
señal divina, para él que no creía en Dios, se sumaron las de ella. Que no solo
que se quedó sin excusas para echarlo, sino que lo agarró fuerte de la mano y
no lo soltaba. Y él pensaba que nunca tuvo tantas ganas de que alguien tenga
miedo como ella ese día, si eso significaba que no le soltara la mano y que,
además de eso, se anime a darle un beso. Y ya no le importó la tormenta, ni el
ruido de la caída de las gotas en el techo de chapa, ni el sonido de los autos
que al pasar salpicaban agua para ambos lados casi convertidos en lanchas. Todo se detuvo. Solo deseaba que
no volviera la luz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Después de
eso, únicamente se acuerda que se durmieron; cree que ni la abrazó y al otro
día, ya con luz, natural y artificial, se arrepintió bastante de no haberlo
hecho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">A media
mañana se saludaron como dos desconocidos y él se fue a su casa, imaginando
cómo sería tomar mates con ella, un domingo a la mañana, ya sin tanta lluvia,
los dos en la cama; y sin sospechar que, casi un año después, tomando mate solo
mirando la canilla de la mesada de la cocina, todavía fantasearía<span style="color: red;"> </span>con lo mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Y entonces,
él que le gusta la soledad, el frío, dormir solo, parco y poco demostrativo,
sin querer se estaba respondiendo a las últimas preguntas. Y le escribió,
porque, si la parca lo quería llevar, que lo lleve así en short de futbol,
remera descuajeringada, barba desprolija y despeinado, pero no sin haberle
dicho lo que tenía para decirle.<o:p></o:p></span></div>
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-41854051035081959772020-03-22T11:01:00.000-03:002020-03-25T20:53:35.592-03:00CUARENTENA TOTAL [Día 3] Juegos que vendrían bien para este momento...<br />
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">|HOY|<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">***SCALEXTRIC***<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Fin de semana. Lluvia. La habitación en
su debido desorden. Varios años atrás. Probablemente telonero de la siesta, la
atrapante voz de Apo, contando algún cuento de Fontanarrosa o el gordo Soriano,
o hablando con algún jugador de los '60 comentando hazañas que lejos estaban de
interesarnos. Todo eso si era sábado. Sino, si era domingo, Eladia Blazquez
avisando que era Domingo y por lo tanto no hay trabajo en la apertura del
"gran domingo de Continental", con el Turco Wehbe empezando la
transmisión dando la formación de cada equipo con la característica inusual de
anteponer al jugador nombrado, el dorsal y su ciudad natal "con la número
11, de Villa Constitución, provincia de Santa Fe, Sergio Ángel Berti"
marcando con una mínima pausa cada palabra y haciendo mucho énfasis el segundo
nombre. Y por ahí algún revoleo de cabeza al escuchar, al pasar que se nombre,
aunque sea, alguna ciudad de Entre Ríos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Pero nuestra atención, la de Martin y la
mía, estaba totalmente enfocada en esas piezas con rieles rectos, circulares, o
cruzados, que conformaban la pista uniéndose en cada extremo con otra pieza a
través de unas conexiones metálicas dobles 'macho y hembra', que mucho después
entendería la lógica. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Se ponía en juego toda la imaginación
para el diseño de la pista que más tarde sería motivo de pelea.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Martín, como hermano más grande y futuro
ingeniero tenía generalmente la última palabra -y la primera y todas las del
medio también- a la hora del diseño, curvas, contracurvas y ubicaciones de los
puentes de la pista.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">La parte más difícil, y por ende la más
interesante, antes de jugar, era el acondicionamiento de los autos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Eran dos, uno rojo y uno amarillo, y la
puesta a punto de estos constaba en verificar que la escobilla metálica que
corría entremedio de los rieles, tenga la medida justo y no esté con los pelos
abiertos. En ese caso había que trenzarlos y probar si se generaba el contacto
necesario para que el autito avance al presionar el control. Si esto no sucedía
había que cambiar la escobilla, esta parte de mecánica había sido ya explicada
por el ingeniero en boxes, el Vasco. Entonces procedíamos a abrir la caja de
herramientas, buscar un destornillador y realizar el cambio. Eso fue, hasta el
día de hoy, lo más cercano al conocimiento de un auto que he estado. O sea
conocimiento nulo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Todo listo. Había que fijar a cuántas
vueltas era la carrera y, aunque parezca una nimiedad, saber cuánto presionar
para que el auto no despiste. Si apretabas mucho el mando en cualquier curva o
los cruces en X el auto saldría despedido y la derrota sería inevitable. Esas
eran complicadas.... las cruces en X para cambiarse de carril. Pero tampoco se
podía soltar mucho para que el otro no se te escape. Era un verdadero arte del
manejo de la ansiedad. Todo terminaba, con la correspondiente burla del
ganador, insultos del perdedor, golpes y gritos de ambos, y el revoleo de
alguna pieza de la pista que había sido finamente diagramada, ya no importaba,
las condiciones no estaban dadas para la reanudación de la carrera. Como
resultado de todo el show vendrían los retos de parte de las autoridades,
incrementándose cuando vieran que en el apuro por empezar la carrera habíamos
dejado la caja de herramientas abierta y todo desparramado alrededor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span lang="ES-AR" style="background-color: black; font-size: 11.5pt;"><span style="color: white;">Hoy no llueve pero estamos en
aislamiento y qué oportuno sería tener un Scalextric para armar; al menos ahora
con conocimiento de arquitectura, le pelearía un poco en el diseño de la pista.
Lo más difícil seguramente sea controlar la ansiedad y que el autito amarillo,
o el rojo, el que tocara, salga despedido y arrastre de costado hasta pegar en
el zócalo cerámico.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-37039904524136225672019-04-25T20:10:00.000-03:002019-04-25T20:11:57.516-03:00El tren del domingo<i>(Texto </i><i>crea</i><i>do en base a fragmentos -resaltados en negrita- de distintas poesías de Anahí Lazzaroni y Julio Leite)</i><br />
<i><br /></i>
<b>Deambulo en éstas líneas</b> mientras analizo las caras de las personas que pasean por el andén; caras olvidables por cierto. De las que podes volver a cruzarte en un par de horas y no recordar que las viste ese mismo día.<br />
Suavizo la espera jugando a descifrar en qué estación se bajarán, hacia dónde irán...¿Habrá un padre aguardando contento verlos aparecer agarrándose de la baranda para bajar los escalones del tren? ¿Un hijo atento al tintineo de las llaves y el ruido del picaporte deseando que aparezcan atrás de esa puerta? ¿Un amante ansioso mirando el teléfono a la espera de un mensaje: "Llegué"?<br />
¿O será que <b>todos están viajando hacia sus propios miedos</b>?<br />
<b>Afuera, señorea la indiferencia, </b>el<b> cielo lleno de nubes</b> impide hundirse en el taciturno y nostálgico atardecer del domingo.<br />
En el vagón de luz parpadeante se entremezclan rostros, realidades, enojo, indiferencia, <b>alegría o el olvido mismo</b>.<br />
Iluminados profesionales y humildes obreros se cruzan en este furgón donde <b>nada está escrito</b> y <b>los conocimientos son inútiles</b>. Todos somos iguales.<br />
El tren traquetea atravesando <b>ciudades en decadencia</b>, acá arriba algunos leen y otros están sumergidos en la indescifrable música que se reproduce a través de sus auriculares, un chiquito de ojos achinados, con la campera grande y desteñida, tararea <b>canciones alegres que nadie pudo cantar ni cantará jamás</b>, una señora tapada de bolsos hechos con hilos de plásticos a cuadrillé no hace otra cosa que <b>mirar el aleteo de una mosca sin que el paso del tiempo importe demasiado</b>. Entretanto interrumpe u<b>na música secreta tocada</b> por un inquieto viajero que vaga entre ciudades y trenes sin más compañía que la guitarra, la mochila y algún perro callejero que se suma a su paso.<br />
Llegando a destino bajo <b>el grito constante de los pájaros nocturnos</b>, observo, <b>contemplador de la noche y sus virtudes</b>, la estación y sus <b>tristes habitantes del vacío y el miedo</b>.<br />
<b>Los locos ya no dibujan árboles</b> en el vidrio empañado que da a la avenida, desolados balbucean y se hamacan hacia atrás y adelante sentados en un banco de metal frío y sin respaldo; y es en ese pesaroso momento cuando me doy cuenta que <b>en la ciudad también está el desierto</b>.Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-13986813652948899702019-04-17T11:20:00.003-03:002019-04-17T11:24:24.168-03:00"Creo en esas tardes que viví jugando a la pelota..."<div style="font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;">El barrio. La pelota.
La pelopincho en el piso de cemento sin baldosas. “¡No vale atajar con las
manos!”. El timbre a la hora de la siesta que hacia putear a nuestros viejos.
Los buzos y cascotes que conformaban los arcos. Las motos y los autos que
hacían de árbitros sin silbato. Nosotros mirándolos de mala manera al pasar y
provocando tirando un pelotazo al que había quedado del otro lado de la vereda
por encima del auto. Éramos los dueños de la calle. “Vamos a tu calle que pasan
menos autos”. La Chacabuco era Castrilli; la Pablo Lorentz era Lamolina. Siga,
siga. Y el Santa Teresita era nuestro. Si la convocatoria era más amplia, a la
cancha del colegio Don Bosco. Nuestro estadio; el que nos vio salir campeones
de un torneo interbarrial, por penales a los chicos del barrio América.
Profetas en nuestra tierra nos fuimos corridos por los cascotes (y nosotros que
los usábamos para armar arcos…). Pero teníamos el orgullo, y el trofeo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;">En cambio, si éramos
pocos, la juntada era en la esquina de lo de Esther. “Gol entra” o “Veinticinco”
… “¡Palo salva y no vale a fundir!”. Anécdotas. Risas. Discusiones y enojos. La
pelota a la casa del vecino, ¿y quién la busca? Ese pelotazo cruzado, rastrero,
golazo contra el palo que recorrió toda la calle y terminó haciendo caer un
hombre en moto que pasaba por la esquina. Partido suspendido por falta de
garantías, y de jugadores. Cada uno corrió para su casa, o para donde cuadrara.
Secreto que implícitamente juramos mantener todos los que estábamos presentes,
y se está rompiendo en este momento. Nunca supimos que pasó con el tipo, ni con
la moto, ni con lo más importante; la única imprescindible, por la que se había
formado el grupo, por la que éramos dueños del barrio y nos habíamos apropiado
de esas dos calles: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la pelota.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;">Dicen que el barrio,
como tal, como lo recordamos en nuestra infancia, deja de existir cuando alguno
de los integrantes se va. Eso no pasó. Todos fuimos creciendo y aparentemente
nos daba un poco de vergüenza seguir jugando en la calle. O nos daba vergüenza
que las chicas pasaran y nos vieran jugando a la pelota en la calle. Comenzaron
las salidas con otros amigos y de a poco se fue apagando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;">Creo, en realidad, que
ese día que la dejamos, que nos desentendimos y cada uno salió corriendo a su
casa sin siquiera pensar en buscarla, ella fue la que comenzó a abandonarnos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-AR;">Hoy que el barrio ya
no es nuestro, que los partidos pasan por otro lado y el día a día se lleva
adelante con más garra que buen juego, que ya no frecuentamos nuestro estadio
de tierra y nos subimos al de cemento a pelearla, desearíamos poder volver a
esos picados, sin off side y sin VAR, a tirar paredes con esos amigos, y a
definir cruzado, rastrero, golazo. Sin nadie que pase en moto por la esquina y
que la pelota se quede con nosotros. Que la vamos a cuidar, te lo prometo.<o:p></o:p></span></div>
<br /></div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-69117379201586046302015-05-07T19:04:00.000-03:002015-05-07T19:04:17.165-03:00"El partido más importante de mi vida"<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">La frase que me repetía ese sábado Esteban, mientras me reprochaba que no me hiciera un tiempo o pidiera un día en el laburo para ir hasta Franck al día siguiente a ver la primera de las dos finales. Y aunque la 'charla' era por Whatsapp, yo sabía que lo escribía con ansiedad, y seguro andaría a los saltos por toda la casa, cagada a pedo mediante de mi viejo, mi vieja y hasta de Vero.<br />Ya pasaron once días de ese domingo en el cual para casi todo el país no hubo fútbol, salvo para nosotros, esa parte de la ciudad malacostumbrada a tropiezos y frustraciones en los últimos años, pero que supo llevar el nombre de la ciudad a lo más alto a nivel nacional.<br />Desde La Plata a ese pueblito cercano a Santa Fe -que alguna vez supimos conocer para visitar a no se qué familiar, al que obviamente no recuerdo, pero seguramente hacía fuerza por ellos- conectados por la eterna magia de la radio, que nos alimentaba la ilusión y nos llenaba el corazón con el grito de gol a todos los que no estábamos presentes en la cancha, ese golazo de Nazareno que miré y que seguro miraron todos una y otra vez los días sucesivos al partido.<br />El sábado pasado me halló con sentimientos encontrados, por un lado la ansiedad, nervios y felicidad de estar tan cerca del ascenso, por el otro la amargura y la desazón de no poder estar esa noche en el Plazaola.<br />Martín y Esteban se fueron temprano y embanderados para hacer la previa con los pibes. Ahora eran dos los que andaban a los saltos por toda la casa. Mi viejo salió unas horas más tarde para el club, y aunque pretendía mostrarse tranquilo, internamente también estaría a los saltos con mis dos hermanos. La procesión va por dentro, dicen...<br />Miré otros partidos de primera, como si me importaran, para pasar el tiempo. Se iba haciendo la hora: a partir de las ocho y media escuché todos los goles de cada uno de los partidos que repasaron en la previa; Vero escuchaba y conmigo, y Manu, que ya me venía aguantando con la pierna operada -y que lo siguió haciendo varios días más-, también me hacía el aguante con el Decano. De alguna forma estábamos presente en el trapo que habíamos hecho temporadas pasadas y que mis hermanos se encargarían de colgar en el alambrado del mítico Plazaola.<br />Me invadió la felicidad y un poco la envidia al escuchar la salida del equipo y el posterior comentario del relator sobre esa fiesta que hace mucho no se veía en una cancha de Concepción, y no poder ser parte, o al menos verla.<br />Emi y Marga alentaban desde La Plata; mi vieja además de querer vernos felices a nosotros, también habrá pensado en Damasito y Chichuna. Ellos, que partido tras partido buscaban a los jugadores en sus respectivas casas, los llevaban a jugar y después del partido los volvían a dejar en sus casas, ahora estuvieron presente en cada viaje, a los de acá cerca como Basavilbaso y Villaguay, como también a Paso de los Libres, San Cristobal y el último a Franck.</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">Me contaron que en la previa estuvo Santuli, alcanzándole agua a los jugadores en la entrada en calor, siempre sonriente, siempre feliz.</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">También estaba Pino en la cantina dando una mano y seguro metido en la parrilla.</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">El Fefo se tiró de palomita con Conrado para poner el 1-0 y desatar la fiesta y después se fue a sentar a Su lugar en la platea .</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">Mario ayudó desde arriba pero cuando vio que las cosas venían bien, pidió permiso y se fue para el sur que tenía otro compromiso que atender.</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">Algunos vieron al Lando Sosa dando indicaciones al costado de la línea de cal junto con el Tonga y Omar.</span></div>
<div style="display: inline; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc;">Pocho, jugador, DT y presidente, dejó todo listo y apenas pasadas las nueve, se metió a la cancha, con la casaca a bastones azules y blancos, a pedirle a Padilla que tire un caño acá y otro allá, que sea el dueño de la pelota y tire un centro de tres dedos, que él ya se había encargado de hablar con Besel y Gonzalez para que corran todas las pelotas y metan las que le queden; le exigió a Nazareno que con un golazo no alcanzaba, que intente otro más para ponerle la frutilla al postre.<br />Les contó a los más chicos y a los que vinieron de afuera la historia del Club Atletico Uruguay y el por qué del escudo del colegio, y les rogó que inflen el pecho y lleven esos dos escudos lo más alto que puedan.<br />Le agradeció a Mauri por volver y a Rubén por quedarse, y por su amor a la camiseta.<br />Al Leo, que tantas veces habrá dado historia escrita por otros, le dijo que era momento, que le tocaba escribirla y contarla en primera persona.<br />A Kinder, a Omar y al Tonga prefirió no decirles nada. No hacía falta. Entendían todo.<br />Salió, se sentó en la platea y lo vio a Picasso que estaba con la radio en el oído parado al borde del alambrado. Éste levantó una mano en forma de saludo y le gritó: "El deca va... EL DECA VA A VOLVER!!!"<br />Simón Luciano Plazaola miraba todo desde arriba, feliz de que su casa se vista de fiesta...</span></div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqtZQHBBkVEkGm8JX-TBE78fUxqvqs3GWy4F0MwNhYIedMTKxtFClBvkqezZ9yiQp3j4D7AWJeEXzux-YPtQ7ENZrcQcGWEJh_AtRX4YSNS75lzR-X5lmCvIh_OI7VdFd-ZvIgeZ9T0gk/s1600/deca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqtZQHBBkVEkGm8JX-TBE78fUxqvqs3GWy4F0MwNhYIedMTKxtFClBvkqezZ9yiQp3j4D7AWJeEXzux-YPtQ7ENZrcQcGWEJh_AtRX4YSNS75lzR-X5lmCvIh_OI7VdFd-ZvIgeZ9T0gk/s400/deca.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, 'lucida grande', sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-87940271682192963122014-12-30T21:23:00.000-03:002015-05-07T18:56:51.678-03:00Superclásico -28/11/2014-<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">El primer partido que recuerdo contra ellos, lo vi con mi viejo, mi hermano Martín y mi tío Tito, en la esquina donde actualmente funciona Bartolo, donde estuvo ShowSport y también CoKey. Faltaban nueve días para que cumpliera seis años, ese 14 de Julio de 1996; Caniggia, el bautizado "hijo del viento" por Víctor Hugo, el que FUE nuestro, ese día se convirtió en ídolo de ellos. Era la primera vez que veía un superclásico por la tele, faltaban trece años para que apareciera el</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"> Fútbol Para Todos, y el famoso y codiciado "decodificador" no era fácil de conseguir en pleno menemismo y "Uno a Uno". Ese día tomamos coca en botella de vidrio y nos trajeron un platito con maníes.</span></span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Pasó 1997, el histórico 3-3 con gol de Ayala y que podría haber sido triunfo en el pie del Pipa Gancedo, quedará en la historia de los Superclásicos.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Pesimismo mediante, me acuerdo más de qué estaba haciendo en las malas que en las buenas: en Abril del '98 pasamos Semana Santa en Ranelagh. Entusiasmo y exaltación con Martín Ignacio Herlax por visitar -y más que nada </span></span></span><span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">jugar a la pelota- con Leandro y Juan Fernando.</span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Malevo se comió la cancha (el patio) ese fin de semana largo, corrió a todos hasta el final y se quedó con la redonda siempre. Nada de Ferreyra. Malevo era uno de los dos ovejeros que custodiaban la casa.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero ese domingo de nuevo nos cruzábamos con ellos; Solari los madrugaba mientras nosotros viajábamos rumbo a La Plata a los bocinazos, a visitar a Charo y a Buyi -ya que viajábamos había que aprovechar para hacer TODO en 4 días-.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Salas erró el penal y todo se dio vuelta, Caniggia otra vez se olvidó de sus orígenes.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después vino el año del gol de Palermo que se tira contra los carteles, y más tarde los golazos de Aimar y JP Ángel para hacer delirar al Monumental. Ese día volvíamos de Gualeguaychú y el Ford Escort color bordó no cabía en sí de la euforia que transmitía el Uruguayo que mejor relata en la Argentina, por Radio Continental. Los mellizos tenían apenas seis meses y, semanas más tarde, Esteban se aguantaría casi dos horas con el pañal sucio "por cábala", el día que salíamos campeón empatando 2-2 contra el Ciclón con dos goles de Saviola. Un vecino de San Lorenzo pasaba por la calle y yo tenía muchas ganas de gritarle mi bronca y alegría contenidas, sobretodo por su objetivo de querer ahogarnos el campeonato.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El principio del Siglo XXI no fue de lo mejor; rescato el momento en que mi viejo pasó parte del primer tiempo y todo el segundo escuchando el partido por radio dentro del baño porque Cambiasso la empujó a la red justo en el momento en que las necesidades lo apretaban.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sucedieron muchas cosas más a lo largo de una década. Nos dejaron de mostrar "la radio que se ve" y el Muñeco y Palermo se repartieron goles en los primeros partidos que pudimos ver todos. Doce años después, acá estoy, escribiendo esto que se me ocurre espontánemente después uno de los momentos de mayor éxtasis que alcancé en mi vida, con la droga que es River.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: white;"><span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
</span><span style="background-color: white;">
</span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisQOJpenpkm1pwZYvk_EjZJie5On1TssN6T_rhZ8m8pfKo1iU8T3AFA0NnYimqo6qFmegb5cYXLAINA6HNqmkzieQMgYo7ShIq-hZx7dT_zs_-Wbr2dgNr1EZ2hHcVxIynGp2oONh_VQE/s1600/B84.jpg" imageanchor="1" style="background-color: white; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisQOJpenpkm1pwZYvk_EjZJie5On1TssN6T_rhZ8m8pfKo1iU8T3AFA0NnYimqo6qFmegb5cYXLAINA6HNqmkzieQMgYo7ShIq-hZx7dT_zs_-Wbr2dgNr1EZ2hHcVxIynGp2oONh_VQE/s1600/B84.jpg" width="320" /></span></a></div>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-20529946516056683892014-05-22T00:56:00.001-03:002014-05-22T01:24:34.019-03:00Las cosas importantesEl domingo, horas antes del partido, Martín recordaba cuando mi viejo nos retaba, o corregía, porque rezábamos por River. Convengamos que por esos años en que festejábamos a menudo y ya nos parecía hasta aburrido ir a la plaza, el tema era un tanto banal para pedirle a los santos, hay que reconocerlo.<br />
Pero pensándolo diez o doce años más tarde, con una ausencia importante de campeonatos y sobre todo de domingos de misa, se me ocurren un par de cosas respecto al "¡Pero, <i>herrrmano</i>! No se le pide a Dios por esas cosas" que nos largaba el Vasco en esas casi tres cuadras que nos separaban desde Santa Teresita hasta casa.<br />
<b>La primera</b>: ¿Habrá tenido algo que ver en esta sequía y los malos momentos que pasamos, el haber dejado de pedir por River? De ser así, papá, sos tan responsable como Aguilar y Passarella...<br />
<b>La Segunda:</b> ¿Será un castigo por haberle escapado a las misas una vez tomada la 'Confirmación' y volver sólo para ocasiones especiales -léase casamiento; bautismos; misas de 15;etc-? Si fuese por esta razón, me responsabilizo en cierta medida, pero les otorgo más culpa a algunas personas que hicieron que me alejara de la iglesia, y más que nada al horario: SÁBADO 10 AM; huía aliviado y apurado, pues minutos más tarde salía para el club que teníamos partido.<br />
<b>Tercera:</b> ¿Realmente papá creía que no era un tema como para pedir? ¿O sólo intentaba inculcarnos que hay cosas más importantes que el fútbol, pero en el fondo el también deseaba lo mismo que nosotros? Sabemos que es así, pero no me vas a negar que un triunfo no te cambia el ánimo en esos domingos de tardecita que son la personificación de la tristeza, o incluso te hacen arrancar y transitar la semana de una manera diferente. Y una derrota todo lo contrario. Acentúa la sensación nostálgica de esos domingos y el lunes no tenés ni ganas de hablar, leer, escuchar ni ver nada relacionado al fútbol.<br />
<b>Cuarta,</b> y la más importante: ¿Qué es peor? ¿Molestar a Dios con un pedido de ese estilo, o tener a un nene de nueve meses si cambiarlo durante sesenta minutos por<i> cábala</i>, en la habitación de arriba, con el calor de un 19 de Diciembre? En este caso, ¿la culpa es de Esteban, que tuvo que hacer sus necesidades minutos después que Pereyra cabeceaba para darnos el primer gol que nos encaminaba al campeonato, contra San Lorenzo? Pudo haberlo cambiado en el entretiempo, sí, pero no lo hizo, y al inicio del segundo tiempo, Saviola metía el 2-0 de penal y era goleador del torneo.... Creer o reventar. Al final nos empató Romeo, pero ya poco importaba, y nos fuimos a la plaza a festejar, otra vez campeones y le cortábamos el tricampeonato a los bosteros (previamente Esteban fue higienizado).<br />
¿Es más ilógico ese pedido insignificante basado en la fe y la esperanza de sentirse escuchado, que pasarse casi todo un partido encerrado en el baño, sin moverse, con la radio a pilas pegada al oído, porque a casi 400 km de distancia a Cambiasso se le ocurrió empujarla al gol justo en ese momento y después apareció el <i>Chacho</i> y, ya llegando a la culminación del partido, la eternamente recordada <i>vaselina</i> de Rojas, y vos seguías ahí sentado? ¿O no despegarse del televisor mientras el <i>Bambino</i> Pons te contaba -y cantaba- lo que pasaba en la cancha y vos sólo veías lo que cientos de monos hacían en la tribuna, porque hubo gol de River y "No te vayas a mover de ahí. CÁBALA"?<br />
Entonces, más de una década después y repasando todo lo acontecido, llego a dos conclusiones: una, que con Martín no estábamos equivocados, que no cometíamos ningún pecado haciendo esa oratoria, repitiéndola cada domingo aunque papá ya nos había advertido que a Dios se le pedía por cosas más importante como la salud, que los familiares anden bien y esas cosas que ya todos sabemos. La otra, que la Marga, gracias a su agnosticismo religioso y futbolístico, es totalmente inocente de todo esto.<br />
Retomando lo anterior, en gran parte, lo que estábamos pidiendo era FELICIDAD, ¿no? Así que más que correcto lo nuestro, Martín, quedate tranquilo...<br />
En síntesis, todas estas líneas son para tratar de justificar algo que para muchos no tiene justificación y para otros no tiene sentido; para nosotros sí.<br />
Hace rato que no voy a misa a rezar por River ni por <i>cosas importantes</i>, pero los familiares andan bien, y salud....¡SALUD CAMPEÓN!<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86bPCyJzAyXZxMiDCZhz_ipJd8YbR80oA414AMbq-gFLXkgoHGqzPNHODv26n1NsdZfpEsHlI0GEs46uIqDPyelf1523zkqJdnUwgmKwv_de-64XtIG-QO8Z9OQ1ENQDFsZ-NawG3f8U/s1600/caravana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86bPCyJzAyXZxMiDCZhz_ipJd8YbR80oA414AMbq-gFLXkgoHGqzPNHODv26n1NsdZfpEsHlI0GEs46uIqDPyelf1523zkqJdnUwgmKwv_de-64XtIG-QO8Z9OQ1ENQDFsZ-NawG3f8U/s1600/caravana.jpg" height="217" width="320" /></a></div>
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-43061479945389377222014-05-13T22:32:00.000-03:002014-05-13T22:32:56.777-03:00Mundial<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnvbwWgkYa2o7apgyCbvpu1ScRkO5pGhq-PH8T_d41KsUM4fx-0gWAdQQql0dfphhyUy-Y_Zkiq0wkXs5gGUkQ19LpFOLIbNury379JdMfGs-daw8Yo2pQPH1OqVEJhigtc1nIwijfhN0/s1600/DSC00355.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnvbwWgkYa2o7apgyCbvpu1ScRkO5pGhq-PH8T_d41KsUM4fx-0gWAdQQql0dfphhyUy-Y_Zkiq0wkXs5gGUkQ19LpFOLIbNury379JdMfGs-daw8Yo2pQPH1OqVEJhigtc1nIwijfhN0/s1600/DSC00355.JPG" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
Encontré esta foto intentando mandar por mail un archivo de la facultad que, por exceder la capacidad máxima que permite el servidor de e-mail, me redireccionó a otra aplicación que depende del mismo para poder compartirlo en línea y que luego el destinatario del mail lo descargue en su computadora. <div>
Justo hoy casualmente, que empieza la<i> fiebre mundial</i> después que Sabella dio la lista (de 30) y los indignados pudieron oficializar su indignación y consecuente repudio hacia el DT por la no convocación de Tevez y sí la de Mercado o Di Santo.<div>
Hace casi 8 años, precisamente el 16/6/2006 buscábamos cualquier excusa para poder retirarnos antes de la escuela -casi no era necesario buscarlas porque algunos profesores nos facilitaban mucho faltando- y el mundial era una razón más que válida para irnos antes o incluso faltar. </div>
<div>
Llegábamos con la ilusión que genera siempre un evento de este tipo y parecía que Pekerman, con su calma y la base de jugadores que ya habían sido dirigidos por él y campeones muchos años antes en mundiales juveniles, había encontrado el equipo. Éramos nuevamente candidatos, a pesar de lo que nos había pasado en el mundial anterior. </div>
<div>
Ese día jugábamos contra Serbia y Montenegro, ya no era la Yugoslavia -en realidad sí, pero con otro nombre- de Mihajlovic, Kovacevic, Mijatovic, Stankovic y tantos otros terminados en<i> vic</i> que conocíamos del mundial 98 pero sobretodo de los videojuegos y particularmente me llamaron la atención por sus nombres.</div>
<div>
Pero más allá de eso, fue distinto para nosotros, los que estamos ahí posando, congelados en la imágen y en el tiempo, como si el mismo nunca fuera a pasar, o como si no nos importara que eso pase.</div>
<div>
Teníamos entre 15 y 16 años y, además de muchas cosas que empezábamos a hacer por primera vez, también era la primera vez que teníamos la oportunidad de ver un Mundial todos juntos. Y no era para menos, hacía cuatro años, un poco por edad, otro poco por lo ilógico de los horarios en que jugó la Selección, y más que nada por lo poco que duró su participación, no habíamos tenido la chance de juntarnos a verla, ni de salir antes de la escuela, ni mucho menos faltar.</div>
<div>
Y faltarían otros cuatro para poder ver otro; y cuatro años es mucho, sobre todo en esa época en que vivíamos el día a día sin más responsabilidades que ir a la escuela, a entrenar y no mandarnos ninguna cagada que genere un castigo que no nos deje juntarnos con los chicos.</div>
<div>
Anecdótico es que el resultado fue 6-0 para Argentina, seguimos avanzando en el mundial. Se había transformado en una especie de cábala juntarnos en lo de Nacho a ver los partidos, cuestión aparte que era en la única casa donde se bancaban a todos nosotros insoportables.</div>
<div>
Contra Mexico no pude ir por una conjuntivitis que me tuvo varios días a maltraer y, al igual que el mundial, me permitió faltar a la escuela, pero el justificativo no era tan agradable. Igual sin una pata la cábala siguió funcionando.</div>
<div>
Contra Alemania volvimos a estar todos. Sufrimos. Gritamos el gol de Ayala. Lo vimos a Messi empacado en el banco. Nos generó dudas la salida de Abbondanzzieri y el ingreso de Franco. Nos amargamos con el gol de Klose. Y escuchamos con tristeza la piña de Juan a la pared, encerrado en el pasillo con la radio en el oído adelantándonos lo que unas milésimas de segundo después veríamos proyectado en el televisor. Lehmann le atajaba el penal a Cambiasso.</div>
<div>
Otra vez afuera. Cada uno a su casa. El mundial ya no tenía importancia y a algunos, sólo nos quedó el consuelo de alentar por el buen fútbol de Zidane, deseando que termine su carrera triunfando contra el <i>catenaccio</i> italiano. Eso tampoco pasó.</div>
<div>
Cuatro años más tarde la realidad de cada uno de los nueve integrantes de la foto era distinta, pero la ilusión era la misma. Otra vez pasamos la primera ronda y en octavos de final jugamos con Mexico, esta vez no tuve conjuntivitis y me encontraba en mi segundo año en La Plata. Le ganamos a la selección tricolor y se vino otra vez el fantasma de Alemania. Esta vez no hizo falta sufrir. De entrada, con un cabezazo nos arruinaron la ilusión de ser campeones de la mano del Diego y, no contentos con eso, nos hicieron 3 más. </div>
<div>
Ese día me dije que no volvería a hacerme falsas ilusiones con la Selección. Quiero decir que no cumplí.</div>
<div>
Pasaron casi 8 años de ese día que Messi hizo su primer y único gol en un mundial y casi 4 del día que me prometí eso. </div>
<div>
Serbia y Montenegro ahora son Serbia y Montenegro, parece que dije lo mismo pero no.</div>
<div>
Los de la foto, que en ese entonces nos veíamos casi todos los días, ya no nos vemos casi nunca, aunque con algunos cuando las obligaciones de cada uno nos dejan y nos vemos, pareciera que eso no cambiara nada. </div>
<div>
Ya que no se puede volver el tiempo atrás y, como dijo Sacheri: "la culpa de todo la tiene el tiempo", sé que no voy a poder ir a lo de Nacho a ver el partido con él, Pedro, Agus, Sergio, Juan, Paulo, Martín y Tima; en una de esas, y como no esta el Diego -ni Zidane para consolarnos-, espero que esta vez Juan con su radio me avisen que de la mano de Messi "volveremo' a ser campeones como en el <i>ochentaisei</i>'".</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
</div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-29215740171955327132013-12-13T01:31:00.004-03:002013-12-13T01:50:17.855-03:00Memorias de tricampeones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA1rPb1tJrGWW4Zy_VW_OAWk1vXJnHOlvQEdcrIqrNVlc8E7-abJiIIdexWHe-BI6g8gPXGuEiMBz5BxDAKTvgBtyRG0nawGxPqt4ipCjj9LsNbYiRWN-hB3uz7VEpT2ulc6IpRZWY9S4/s1600/poshi-martin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA1rPb1tJrGWW4Zy_VW_OAWk1vXJnHOlvQEdcrIqrNVlc8E7-abJiIIdexWHe-BI6g8gPXGuEiMBz5BxDAKTvgBtyRG0nawGxPqt4ipCjj9LsNbYiRWN-hB3uz7VEpT2ulc6IpRZWY9S4/s320/poshi-martin.jpg" width="320" /></a></div>
El <b>13|12|1997</b> cayó sábado. Hacía calor como hace hoy, 16 años después. Ese día pasamos la tarde en el Tiro Federal de la ciudad (cosa que nunca se repitió por obvias razones de transporte y de manejo de chicos que generaban una psicosis paterna de que algún tirador podía confundir un plato con un menor)<br />
Festejábamos el cumpleaños de Martín, sus primeros 10 años; éramos solo cinco, los mellis aún no estaban, yo tenía 7 y Emi sólo 2 y unos rulos que parecían los espirales plásticos de los cuadernillos. También estaba, infaltable, Leandro.<br />
El mayor y yo, vestíamos íntegramente de River, una camiseta muy ganadora con tres bandas rojas en cada manga y el escudo estampado por todas partes en la camiseta en forma de sello de agua. Y la banda roja, claramente.<br />
Ramón Díaz transitaba su primera experiencia como DT y se convertía en el más ganador de la historia del club. Ortega, Gallardo y Almeyda todavía eran sub 23, Solari surcaba la banda izquierda, Salas empezaba a convertirse en ídolo, y el <b>Enzo</b> nos daría, nueve días más tarde, el torneo Apertura del 97 y consecuentemente el (tercer) <b>tricampeonato</b>.<br />
Éramos inocentes y felices (que no quiere decir que hayamos dejado de serlo), y la preocupación pasaba por ganarle a la otra división en los partidos de los lunes y los miércoles en educación física, y que llegue el sábado para ir a Parque o donde toque jugar de visitante.<br />
<br />
En el 2006, la situación era distinta. No sólo habían pasado nueve años. Los mellis ahora sí estaban y ya tenían siete. Martín cumplía 19 y terminaba su primer año facultativo (no sólo heredó el nombre del padre). Emi terminaba la primaria y con los rulos ya no podían hacerse cuadernillos; y yo terminaba tercer año y formaba un gran grupo de amigos, los cuales -por suerte- aún conservo. Y River no era ese equipo de galera y bastón de una década atrás..<br />
Ese 13 de diciembre cayó miércoles, aunque para algunos fue un gran MARTES 13.<br />
Los primos jugaban una final contra el Estudiantes de Verón, en cancha de Vélez, luego de dejarse alcanzar en las últimas fechas de la mano de Lavolpe (Dios te tenga en la gloria Ricardo).<br />
Recuerdo algún amigo de mi hermano aparecerse con los incombinables colores que representa su camiseta, Altanero, dando por hecho que eran campeones (no solo eso, dicho torneo los consagraba por primera vez en su historia como tricampeones).<br />
En esa época todavía no existía el FPT y había que mirar las tribunas y esperar alguna avalancha o que el <i>Bambino</i> Pons inventara algún cantito para festejar un gol.<br />
El resultado es el que ya todos conocemos.<br />
<br />
Pero me fui de tema, sólo por intentar describir dos de los cumpleaños más recordados de mi hermano mayor.<br />
El hecho puntual es que Hoy es el cumpleaños de Martín Ignacio.<br />
<i>Martincito</i> en Sarandi y zonas aledañas por razones de herencia, tamaño y diferenciación.<br />
<i>Cuino</i> para papá, la razón de ese apodo no lo sé -y no creo que tampoco el Vasco la sepa-.<br />
Por evidentes razones anatómicas, <i>Cabezón</i> para los amigos; o también <i>Paco</i>, por un juego de palabras con el apellido que no quedaría bien escribir en esta ocasión.<br />
Finalmente, y haciendo alusión al segundo nombre y al origen de nuestro apellido,<i> Iñaki</i>, para la abuela <i>Queca</i>, tan recordada y presente en estos días, como en los demás.<br />
Aunque ahora también le dicen <i>Ignacio</i>, por cuestiones laborales para diferenciarlo de papá.<br />
Todo esto de los apodos y diminutivos hubiese sido mucho más sencillo si a mi viejo no se le hubiera ocurrido ponerle su primer nombre a su primer hijo; y su segundo nombre al segundo (e inútil, para mí) nombre del segundo hijo. Me refiero inútil al uso del segundo nombre y no al hijo, claro está.<br />
Pero para mí con que nombren a Martín ya me alcanza para saber que es él.<br />
Compañero de viaje hasta en bici para ir a la colonia de Parque, de varios partidos con los Heis y demás, cuando la Chacabuco y la Pablo Lorentz no eran tan transitada; algún torneo ganado por penales contra los inocentes chicos del barrio 30 de octubre, y culpable de varios enojos y peleas que fueron disminuyendo a medida que mi físico crecía.<br />
Hoy cumplís 26, no peleamos ni vamos en bici a la colonia y en la calle ya no jugamos, pero algún que otro fútbol 5 sí.<br />
Felíz cumpleaños <i>Martín, Martincito, Cuino, Cabezón, Paco, Ignacio, Iñaki</i>, etc.<br />
Un abrazo grande<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: red; font-size: x-large;"><b style="background-color: black;">TRICAMPEÓN HAY UNO SÓLO</b></span><br />
<span style="color: red; font-size: x-large;"><b style="background-color: black;"><br /></b></span>
<br /></div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-1804870116521503232013-09-13T22:33:00.001-03:002013-09-13T22:42:11.748-03:00Miradas de TÍA<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Hace ya casi tres meses, para su cumpleaños, escribí algo para ella, terminando el relato con el pedido de uno más de los tantos cuentos con los que me atrapaba en mi infancia, los fines de semana de visita en Gualeguaychú.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzIojkuk9_pGZemT79VaVoz7lxIiisyhvqbKq9dKk2XV5nAw1zXA22xjs5gzOwl5o7uuHnmYXl7zHr5L161n4afXZS9vd4_HWeI7B1lpbpwigp-2Y9d-7Y37VaKorN_0qc1nPA1-5dkAY/s1600/tia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzIojkuk9_pGZemT79VaVoz7lxIiisyhvqbKq9dKk2XV5nAw1zXA22xjs5gzOwl5o7uuHnmYXl7zHr5L161n4afXZS9vd4_HWeI7B1lpbpwigp-2Y9d-7Y37VaKorN_0qc1nPA1-5dkAY/s1600/tia.jpg" height="207" width="320" /></span></a></div>
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />
<br />
Como siempre, la tía cumplió. <b>Acá va...</b></span><br />
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><br /></b>
</span><br />
<div style="line-height: 21px;">
<i><span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></i></div>
<div style="line-height: 21px;">
<i><span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">"Había una vez..."</span></i></div>
<div style="line-height: 21px;">
<i><span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">"En algún lugar lejano..."</span></i></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Así comenzaban generalmente mis cuentos a ese puñado de sobrinos .Muchas veces, y en distintos</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">escenarios... etapas.. a un grupo o a uno de ellos, para llamar al sueño, o apagar ruidos nocturnos que infundían temor.-</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Siempre estaba el aporte maravilloso de su imaginación.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todos han crecido. Algunos hacen cuentos a sus hijos, otros con el tiempo la harán.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Uno de ellos, hombre ya, me ha dicho: <i>"Vos que sos buena, contame un cuento..."</i></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> </span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Negarme? No puedo, aunque se haya opacado la magia de hace veinte y tantos años, porque la tía también ha vivido, recurriré a los duendes que me pueblan...ellos me ayudarán.-</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ese hombrecito, llegó un invierno, y después de soportar operaciones de píloro y hernias, fue un bebote tierno... de pocas sonrisas, remolón para caminar, y grandes enojos con su hermano cuando no se hacían las cosas según sus deseos.- </span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Al crecer: CURIOSO!! Preguntas...preguntas. Pero no tonterías. Atento al decir de los mayores, se interesaba por todo.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Pequeño aún, manifestó su gusto por el fútbol, estimulado quizás por su papá.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cualquier sitio era una cancha...patio de la abuela..plaza...playa..parque.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Por un tiempo, su sueño fue ser arquero, y exigente, pidió guantes y camiseta reglamentarias. Y allí marchamos a Las Tres Jotas"", Que papelón! la remera era ENORME pero estaba tan feliz! quería deslumbrar, a sus contrarios.Alguna vez, con Martincito, se acoplaba Sabina, y ante resultados adversos, descalificaba el talento femenino, diciéndole" No te hagas la Chilavert"(creo que era un arquero famoso)</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Otras de las cosas que disfrutaba, era venir a Gualeguaychú, cuando Leandro estaba de visitas. Que compinches eran! (creo que aún lo son)</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Observador..debíamos cuidar tema y modos de expresión, pues se tomaba la licencia de llamarnos la atención, ante algún comentario..Qué tal!!</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Anécdotas habría muchas, y todas son una caricia para el alma.</span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Inexorable el tiempo ha transcurrido, para mi un tanto rápido, de pronto esa chiquilandia sorprende con otras vivencia hermosas... por eso.. <b>colorín, colorado, este cuento NO ha terminado.. </b></span></div>
<div style="line-height: 21px;">
<span style="background-color: black; color: #cccccc; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">MATIAS, hoy proyecta casas, edificios y SU VIDA.. porque <i>él ,es el chico que estudia Arquitectura...</i></span></div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-45337604581850477832013-06-19T15:05:00.000-03:002013-06-19T15:05:00.099-03:00Vos que sos buena...Me traslado a Gualeguaychú. Varios años atrás. Cuando ya éramos cinco pero todos más chicos y la preocupación era llegar temprano a la escuela, que papá no se olvide de ir a buscarnos y alguna cosa más seguro relacionada con el fútbol y River.<br />
Épocas en las que íbamos 2 fines de semanas al mes seguro a la casa de la abuela; previos armado de bolsos, gritos de mamá pidiendo colaboraración, el agua del mate que se hierve y papá sentado en el auto quejándose de "cómo tardan..." y la repetida frase: "...vos porque venís y te sentás nomás. Hay que aprontar la ropa de los gurises y las cosas que vamos a llevar" entre otras justificaciones/reclamos.<br />
La hora de salida pactada los viernes a la noche al comunicarse con Gualeguaychú, generalmente eran las 9AM... Lógicamente la salida se producía alrededor de las 10.30 con alguna vuelta a buscar algo olvidado se transformaba en 10.45 o 10.50. Si te olvidabas el cepillo no pasaba nada, allá en Gualeguaychú había un arsenal de todas formas, colores y tamaños, cerda dura y blanda para elegir, y seguramente ya tenías el tuyo propio de alguna vez pasada que ya te habías olvidado de llevar uno. Un ratito a hervir y listo.<br />
Pasábamos el peaje y yo sabía que habia que calcular el doble y un poquito más para llegar. Doblábamos por el acceso Sur, cruzábamos el Gualeyán y me quedaba mirando a los pescadores; nunca pude entender qué los motivaba a estar ahí sentados, hasta días de mucho frío o calor. Yo lo veía extremadamente aburrido.<br />
Entrábamos a la Primera Junta, con las palmeras características, nos frenaban algunos semáforos, o con suerte los enganchábamos en verde y ahí calculaba, después de "Delikatessen", la siguiente a la izquierda y otra vez a la izquierda y ahí estaban las tres en la puerta del zaguán, la abuela, la tía Estela y la tía Rosa.<br />
Es un buen momento para plantear una duda que todavía tengo. Si papá el día anterior les había dicho que salíamos a las 9 y finalmente salimos 2 horas después. ¿Cómo es que estaban ahí cuando doblábamos por Neyra? ¿Se pasaron 1 hora 45 estaqueadas? ¿O tenían una intuición mágica que las hacía salir instantes antes de nuestra llegada? <br />
<br />
Volviendo al tema, hoy sólo me voy a LA tía de todos los sobrinos. Sin desmerecer a la tía Estela -que nos hace extrañar sus comidas cada vez que probamos alguna de sus comidas características y las comparamos con las de ella- ni a todas las demás.<br />
Pero hoy le toca a la tía/mamá, la que nos compraba la revista Genios y la mandaba a Concepción todas las semanas; infaltable en todos los cumpleaños que nos llevaba a lo del Ruso a comprar caramelos. La que nos tenía expectantes con sus cuentos inventados en el momento y a la marcha de lo que nos contaba, y que variaban si nosotros le pedíamos algún cambio de dirección en el nudo o en el final y ella soltaba su imaginación hasta que de repente ya era el otro día, y ella misma nos daba el desayuno con galleta suiza fresca, algún dulce casero y nos preparaba la leche generalmente muy caliente, mientras la abuela leía el diario. Casi siempre escuchaba la parte de los comentarios sobre los aparecidos en los fúnebres, costumbre no muy grata hoy apropiada por papá. Debe haber sido que a la hora que nos levantábamos, ya estaban en el final de la lectura.<br />
A media mañana, cuando el sol empezaba tímidamente a hacerse sentir, los días fríos como hoy, íbamos a la plaza o al parque. Allá donde hay estatuas de perros y, Martín se paraba en el área, esperaba mi centro desde la izquierda, y la tía agazapada bajo los 3 palos que en realidad eran adoquines o nuestros buzos.<br />
Sí, ¡Envidienme señores!. Yo tengo una tía que juega de arquero, de 9 o de wing derecho según la circunstancia lo amerite y el planteo del equipo lo necesite.<br />
Hoy es el cumpleaños de esa jugadora de toda la cancha, los cuentos que ella empezó a contarnos a cada sobrino, hoy tienen dieciséis nudos diferentes, pero todos la tienen a ella bien cerca de protagonista.<br />
<b>Felíz cumple tía! </b><br />
Vos que sos buena...¿Me contás un cuento de un chico que estudia arquitectura?<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-14409181777095393482012-10-19T01:50:00.000-03:002012-10-19T01:52:45.057-03:00Feliz Cumpleaños<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQxO9gnLX4lHNV7AU9p2ZhMPLYhS5SOH9AQAc54hkfm9c8W8zHOmLikEGu0jr-LakpVoYmtcXKThPXaWMTelnHy_491CoDP9Z-a2QWA4YzETiE4Oyfh7greTtO0DNQl9ZL9DYrRRpfZU0/s1600/plazaurq.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQxO9gnLX4lHNV7AU9p2ZhMPLYhS5SOH9AQAc54hkfm9c8W8zHOmLikEGu0jr-LakpVoYmtcXKThPXaWMTelnHy_491CoDP9Z-a2QWA4YzETiE4Oyfh7greTtO0DNQl9ZL9DYrRRpfZU0/s320/plazaurq.jpg" width="320" /></a></div>
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>ES-AR</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:DontVertAlignCellWithSp/>
<w:DontBreakConstrainedForcedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
<w:Word11KerningPairs/>
<w:CachedColBalance/>
</w:Compatibility>
<w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="267">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:11.0pt;
font-family:"Calibri","sans-serif";
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<br />
<div class="MsoNormal">
“Gol de River. Un tal Saviola, que no conozco…” le dijo la
abuela –sentada en el patio- a papá, que venía de adentro. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la radio a pilas, seguramente de Estela, se
escuchaba una voz que te capturaba en el relato de un partido de fútbol, y te
llevaba en directo a esa cancha en Jujuy.</div>
<div class="MsoNormal">
Un ruido como a fritura se interponía al relato y, con
precisión de cirujano, la tía buscaba, desplazando el dedo índice sobre una ruedita
de plástico el lugar justo del dial que permitiera la claridad en la voz del
uruguayo que nos contaba lo que pasaba en un rectángulo de pasto, a más de 1000
km de ese patio de Gualeguaychú, que nos tenía al acecho, sentados en sillones
de playa, entre el aljibe y las sombras de un naranjo y un limonero, con pocas
frutas, pero frondoso y con muchos brotes de primavera. Esa búsqueda por la
perfección en el sonido iba acompañada por una cara similar a la de alguien que
está oliendo algún feo aroma. No sé por qué cuando intentamos escuchar con
atención hacemos caras, como si lográramos captar mejor el sonido. Como última
medida del ritual, se orientaba la radio de manera tal que las señales y por lo
tanto, las voces, nos lleguen mejor.</div>
<div class="MsoNormal">
“Qué bien se escucha Continental acá. En Uruguay no la
engancho nunca”. Comentario repetido de papá cada domingo que visitábamos a
Adela y las tías. María Rosa contestaba algo con tono de lamento, que seguro
comenzaba con “Pero qué macana, che…” –o alguna frase por el estilo- y luego
intentaba esbozar alguna explicación, sin conocimiento, pero con intención de
consolar, de por qué Víctor Hugo no llegaba hasta Concepción del Uruguay. La
respuesta de Estela era mucho más frontal y provocadora, generalmente esperando
mi reacción: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Y… En ese pueblito, qué
podés esperar…”. En ese momento comenzaban las peleas, entre risas, con un
representante de cada ciudad nombrando las virtudes de la suya y los defectos
de la ciudad vecina, hasta que Adela la retaba a la tía por “pelear al chiquilín”.</div>
<div class="MsoNormal">
Otra de las formas de pedir calma de la abuela era decir “¡Con
juicio!”, con buen tono, pero con poca fuerza, para nuestra salvajada infantil.
Porque mientras ella intentaba imponerse con sus dos palabras, y las repetía,
Martín y yo pasábamos trenzados en unas cataratas de piñas y gritos que
enturbiaban la calma que existía en la cotidianeidad de Neyra 180.</div>
<div class="MsoNormal">
Creo, viéndolo de un poco más grande, que el fracaso en el
pedido de la abuela, se debió a que nunca entendimos qué quería decir “¡Con juicio!”.
Cuando empezamos a entender que lo que nos pedía era que seamos más calmos y
sensatos en nuestro comportamiento –y no tenía nada que ver con abogados y
martillos de madera como en las películas-, ya habíamos dejado de pelearnos,
pero por una cuestión de físico.</div>
<div class="MsoNormal">
En eso, supongo que era mucho más práctica la otra abuela,
Angélica, optaba más por una actitud del “ojo por ojo” y en caso de que
algún hermano mayor le haga algo a uno menor, ella intentaba devolverle con la
misma moneda, a tal punto de que Martín haya tenido que pasar varios minutos debajo
de la mesa, refugiándose de las garras de quien estaba cuidándonos hasta la
llegada salvadora de mamá. Yo, a un costado, deseaba con ansias que la abuela
pudiera devolverle lo que yo no había podido.</div>
<div class="MsoNormal">
Otra de las opciones, mucho más lógica que pedirle juicio a
dos insoportables, o de correrlo con una escoba debajo de la mesa, era la
solución de la tía Rosa. Que, previo reto enfático pero en voz baja, agarraba
la billetera grande que tenía, los anteojos de sol y las llaves (todavía no era
tan común el celular), y nos llevaba a la plaza, a que nos cansemos un rato,
nos subamos al cohete que en ese momento parecía altísimo y ahora no lo es
tanto. O sino nos llevaba al parque Unzué, a patear un rato, mientras ella
rememoraba a Marzolini. Al ser sólo dos, le pedíamos que juegue con nosotros,
entonces, iba al arco o se paraba de wing derecho y tiraba lindos centros mientras
uno de los dos esperaba para el cabezazo y el<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>otro se mantenía agazapado entre los dos cascotes que formaban el arco.
Esto se extendía hasta que encontrábamos una manada de pibes que estuvieran
jugando cerca nuestro, y nosotros nos acercábamos, nos parábamos a mirar atrás
del arco, hasta que algún alma buena de los que estaba participando desde
adentro nos invite a jugar. </div>
<div class="MsoNormal">
Llegaba el aviso de las tías para irnos. Era la hora del
mate y las facturas, o el pan dulce si la fecha era próxima al fin de año. Esto
venía de la mano con el partido de River, que generalmente jugaba a las 5 de la
tarde.</div>
<div class="MsoNormal">
Asique en Gualeguaychú, que ayer cumplió 229 años, vivimos
muchas victorias escuchadas por la magia de la radio y, entre otras cosas, el
debut y gol de Saviola, hace 14 años, comentado por la abuela. </div>
Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-27610627837896121022012-10-11T00:02:00.001-03:002012-10-12T18:32:31.288-03:00Con afecto...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkO8WgNQkWVulJ8Lr8AQM3YsuoCHTpjmMZPWnoBqHyFCRkrbBfRRsbNZUieJR81z-1M9EdOFgmQRFFZpc83wdI4CTNh7a8R2xY6IXAzwjfdJywPQ_-4YDAPz3sBgafeyrEuRskLK7BG7w/s1600/ruta14.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkO8WgNQkWVulJ8Lr8AQM3YsuoCHTpjmMZPWnoBqHyFCRkrbBfRRsbNZUieJR81z-1M9EdOFgmQRFFZpc83wdI4CTNh7a8R2xY6IXAzwjfdJywPQ_-4YDAPz3sBgafeyrEuRskLK7BG7w/s320/ruta14.jpg" width="320" /></a></div>
Ruta 14. Famosa hace algunos años por ser "la ruta de la muerte". Pero yo tengo otros recuerdos. Sábado a la siesta. El sol pega por la ventana del Escort bordeaux que va cargado a presión entre gurises y bolsos; algo irresponsable, pero nada que nos impida cruzar los estrictos controles de la policía...<br />
Esteban y Verónica chicos, en las faldas mía y de Martín respectivamente, Emi al medio. Ruido, peleas, gritos, pedidos de silencio. Todo eso durante la hora que duraba el viaje hasta Neyra 180, en Gualeguaychú. Pero había algo más. Una voz grave y potente trataba de sobresalir entre el barullo, como alquien que, estando bajo el agua, busca, tratando de estirar al máximo el cuello, la superficie.<br />
Cada tanto una música, linda música de cortina, procuraba transmitir paz en el interior del Ford, con resultados ciertamente negativos; los mellizos volvían a alterar el ambiente con algun llanto, o alguna pelea de los otros tres integrantes del clan.<br />
<b>Papá, absorto escuchando la radio, sostenía una mueca en su cara, entre emotiva, nostálgica y tranquila </b>(que se contradecía con lo que realmente pasaba adentro del vehículo).<br />
Mamá intentando impedir que los llantos y peleas interrumpan ese momento que aquella voz provocaba, con sus relatos, en la cara de su marido.<br />
Yo mirando una casa con techo a dos aguas, sola, al costado de la ruta, con una sigla en letras grandes que decía <i>RML - Resonancia Magnética del Litoral</i>. Consulté sobre la función de eso, y la respuesta del Vasco, para salir del paso, fue que "ahí vino Caniggia a hacerse la resonancia en la rodilla antes del Mundial". Quedé pasmado, aunque no sabía qué carajo era una resonancia, sí sabia quién era Caniggia, y me enorgullecía, me inflaba el pecho, que tan cerca de mi ciudad se haya hecho esa cosa rara <i>el hijo del viento</i>. De ahí en más, debo haber repartido la primicia, inocentemente, entre mis amigos y familiares, logrando sorpresa en unos y risas en otros.<br />
Pasábamos el peaje, previas quejas al tipo de la boletería por ele stado de la ruta. Papá sostenía, y mamá asentía, que no se invertía nada de lo que se recaudaba. Y a esa edad para mí, era palabra mayor.<br />
Ahora en la radio, unos señores, y alguna que otra mujer, llamaban y saludaban a este tipo del programa, con alegría algunos; otros emocionados, agradeciéndole por el momento que les hacía pasar, y recordando. <b>Papá volvía a su actitud inicial...</b><br />
En ese momento, me llamaba la atención, pero tampoco me interesaba mucho, no entendía esas sensaciones.<br />
Con el tiempo, por trabajo o porque nosotros crecimos y teníamos otros intereses, los viajes de fin de semana a Gualeguaychú fueron disminuyendo, pero también en ese tiempo fui entendiendo lo que el tipo de voz gruesa contaba sobre lo que otros escribían, y así también, las sensaciones de mi viejo.<br />
Así fue que conocí al Negro Fontanarrosa, a Soriano, a Galeano, y a Sacheri...<br />
Entonces pude darme el gusto, algunos sábados de siesta, entre las cuchillas entrerrianas, de hacer silencio y, junto con mi viejo, trasladarme hacia esos lugares que nos llevaba el bueno de Apo, y ahí logré entender esa especie de sonrisa en la cara del Vasco...<i>y la imité.</i><br />
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-38950742755467106252012-09-11T17:15:00.004-03:002012-09-11T22:58:20.224-03:00Feliz día....<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFkSyFA9jADDY8JBRbE_wJx9tuImjByKGjy0pGIx-B4aVf8_PVePyajJE4N9KQLbhkr6j30V-VCApc9uq0V68Df6PchLgEbo3Zo7ZvusmpriVGuP-HAiSDy5l1BdDBS2HqTYtpQK0am70/s1600/entender-mafalda.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="126" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFkSyFA9jADDY8JBRbE_wJx9tuImjByKGjy0pGIx-B4aVf8_PVePyajJE4N9KQLbhkr6j30V-VCApc9uq0V68Df6PchLgEbo3Zo7ZvusmpriVGuP-HAiSDy5l1BdDBS2HqTYtpQK0am70/s400/entender-mafalda.gif" width="400" /></a></div>
A las del Jardín -que para mí sigue estando ahí, frente a la Plaza, que cortábamos para hacer diferentes actos-, porque fue el lugar donde pasé grandes momentos de mi primera parte de la infancia, yendo de la mano de "Chichuna", jugando entre donde hoy debe haber diferentes puestos administrativos con tipos manejando dinero virtualmente. Pero les quiero aclarar que, para los que fuimos parte de "Mi Patito", ahí siempre estarán su gran hall al que comunicaban todas las aulas, el patio arbolado, los canteros, las hamacas, los areneros, los cumpleaños y el cariño de todas las señoritas.<br />
A los del otro jardín, ya en la escuela y con guardapolvo rojo, porque fue donde empecé a forjar amistades, que por suerte, hasta el día de hoy mantengo.<br />
A las de la primaria, a 'Blanche' por inculcarme su amor por el francés -también le debo esto a Angélica-; a Laura, por su paciencia y dulzura para hacerme entender la importancia de los números; y a Elena, sin tanta paciencia y dulzura, pero con el mismo resultado.<br />
A los de la secundaria; a Claudia, por profundizar en las Matemáticas con su rigidez y efectividad, y también por su gracia y sus estrategias jugando al truco con nosotros, en los momentos que se podía.<br />
A la Lili, determinante -junto con mamá- a la hora de querer más a la Literatura y por enseñarme mucho de lo que puedo analizar al leer y escribir.<br />
A todos los demás del secundario que me dejaron enseñanzas en las distintas materias, que ahora puedo llegar a olvidarme; y a los pocos que no me dejaron nada, de los que no me olvido, pero que también me enseñaron a darme cuenta que tenés que aprender a pensar por vos mismo.<br />
A Gloria, importante para entender los números que no me cerraban en la escuela, y por su sentido del humor, daba placer ir a hacer ejercicios. <br />
A Tito, por el Barefoot, su humor irónico y la capacidad para adaptarse a cada una de las edades y ser como uno más de mis amigos, para divertirse, y también a la hora de dar consejos.<br />
A la Tía Rosa, por su docencia y amor para ser "tía/mamá", su imaginación y sus cuentos nocturnos en Neyra, que también marcaron mi vida.<br />
A la abuela Queca, como dije, por ayudarme a estudiar francés, y por su fervoroso Urquicismo, que conservo, con menor fanatismo. <br />
A Mamá, por casi obligarme al hábito de la lectura, por enseñarme a escribir sin errores y -si se puede decir- de forma coherente; y por empujarme para el lado de Arquitectura y de La Plata -ciudad- a la hora de decidir.<br />
A Papá por enseñarme a ver fútbol y la importancia de mantener los lazos familiares.<br />
Y por legarme el amor por River, que domingo a domingo marca, para bien o para mal, el transcurso de mi semana.<br />
<br />
A tooooodos ustedes, y a los demás que me han enseñado cosas durante estos 22 años, les deseo ¡¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!! <br />
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-69432742662755587522012-06-16T22:54:00.003-03:002012-06-16T22:56:14.908-03:00Trescientos cincuenta y seis.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXinlXXZ7znwspydQmDs7o2L9Bs6vLGzbPRl5s1Mn4OVs2QFs6HbAR440Jo0GVkeYp9rr15me_0cREEKs2SvI7_fGAhqvuLXohlQv2309uNA5F7FxqWWucZTDAymCCURMDwNtjMRTAewA/s1600/telon_609907622.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXinlXXZ7znwspydQmDs7o2L9Bs6vLGzbPRl5s1Mn4OVs2QFs6HbAR440Jo0GVkeYp9rr15me_0cREEKs2SvI7_fGAhqvuLXohlQv2309uNA5F7FxqWWucZTDAymCCURMDwNtjMRTAewA/s400/telon_609907622.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Escribo esto a trescientos cincuenta
y seis días de la peor tarde de la historia de River, esa tarde fría que nos
tiró al infierno.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Hoy, con casi
un año recorrido, me vinieron a la memoria “olores” de ese 26-J. Es increíble
cómo, a esta altura de la temporada, no podemos estar tranquilos. No nos dejan.
Dependemos de un puñado de jugadores para que nuestra semana no tenga
sobresaltos y andemos por la calle, o yendo a la facultad sin esa angustia que
no sabemos qué es hasta que te das cuenta que es por River. Me siento un boludo.
Igual no le recrimino nada a nadie, yo elegí esto. En realidad me lo legó mi
viejo, pero no se lo reprocho, se lo agradezco infinitamente y de corazón. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">No quiero
escribir analizando el partido, pero es inevitable preguntarme cómo, a los 7
minutos, de los últimos 180 que quedan para el final, el 4 no despeja, hace un
foul infantil con la mano; nos tiran un centro cruzado, la pelota pica, TODOS
miran, cruza el área, siguen mirando, y dos tipos vestidos de rojo y negro a
bastones entran sólos… Uno, lógicamente cabeceó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y acá
estamos, pensábamos que hoy iba a ser un dia feliz y tranquilo, que el fin de
semana que viene íbamos a ir a la cancha –a la que tengamos que ir y si nos dejan,
porque somos víctimas pero pagamos los platos rotos que nos nos pertenecen,
porque los dueños de esos platos ni siquiera los lavan y miran para otro lado-
a sentir la alegría, o en todo caso el alivio de que éste suplicio termine de
una vez y para siempre. Pero no… Pecamos de inocentes –sí, igual que el equipo
cuando marca -¡qué coincidencia!- y sufrimos… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y cuando
sufrimos así pienso que me gustaría ser como Borges. No, no pido mucho. No pido
su inteligencia, ni lo digo por cómo escribía ni por sus comentarios irónicos y
filosos a la hora de declarar. Sólo a veces -algunos días en que llega el sábado
o domingo la noche y River te deja en esta situación-, quiero ser como él y que
no me guste el fútbol, que mi estado de ánimo no dependa de un resultado de un
equipo que juega con una banda roja pero que hace años no es<b> “la Banda”</b> que
era. Esa Banda a la que iban equipos chicos como los que hoy juegan el Nacional
B, o la mitad de los que están en primera y sólo pensábamos si le íbamos a
hacer 5 o 6. ¡Y la gente se iba enojada si el equipo ganaba 1-0 jugando mal!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i>¿Qué pasó en
el medio además del tiempo? ¿Qué hicimos nosotros para merecer esto? ¿Habremos
hecho sufrir a mucha gente en nuestras anteriores vidas? ¿O sólo pasó un grupo
de personas que lucraron con una institución de las más grandes del mundo hasta
lograr que ésta se caiga a pedazos y solamente quede esto que vemos ahora? Creo
que sí…<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><b>Pero ya está.
Por favor. No quiero más…</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">No quiero más
que se repitan los mensajes de texto con mi hermano o mis amigos lamentándonos
porque no ligamos, porque sufrimos, porque el calvario no se acaba nunca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">No quiero más
que a la noche suene el celular con el llamado de mi viejo para hablar
amargados del partido, y escuchar una vez más:
“No puedo estar sufriendo así, ser tan boludo, a los 54 años de estar
así por River”. Y parece que sí… Se puede.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">No quiero más
ir a la cancha y no poder disfrutar al menos los últimos 15 minutos, poder
reírme, distendido, sin pensar que te tiran un pelotazo intrascendente, te
cabecean DOS VECES afuera del área y llega un tercero a empujarla y otra vez a
sufrir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">No quiero más
a River así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y sólo una
cosa más antes de terminar. Que sea la semana que viene, que sean solo trescientos
sesenta y tres días o, a lo sumo, trescientos sesenta y cuatro, si jugamos el
domingo, porque no nos bancaríamos nosotros,
ni nuestros corazones, otro partido más de <i>“<span style="background-color: black;">once
jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota</span>”</i> en <b>segunda
división</b>.</span><o:p></o:p></div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-16968202469874113512012-05-21T22:07:00.002-03:002012-11-21T19:04:35.989-03:00Parque<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkcwmBEeZeGfezj97TD81MgcxZQLaxwpSW0Odo_eiGSir5R7iNjUISzhtCd41-fNYXMUE-wivupe7yS5HJwLfKHWYa0rzBUHmtrbuNi-zH_cXTLXb7-fU6Ufx6eH2Rx3qdC3LZcd4Tdkg/s1600/parque.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkcwmBEeZeGfezj97TD81MgcxZQLaxwpSW0Odo_eiGSir5R7iNjUISzhtCd41-fNYXMUE-wivupe7yS5HJwLfKHWYa0rzBUHmtrbuNi-zH_cXTLXb7-fU6Ufx6eH2Rx3qdC3LZcd4Tdkg/s320/parque.jpg" width="320" /></a></div>
Anoche me enteré, vía mensaje de texto, que Parque Sur había quedado afuera en Semifinales de la Liga Provincial de Basquet y me entristeció un poco.<br />
No me voy a subir al caballo del fanatismo y decir cosas que no siento realmente, como creo que hay muchos. Nunca fui un apasionado del Basquet y creo que nunca lo seré.<br />
Yo he sufrido esa sensación en otro club y otro deporte, pero sé el esfuerzo que se hace desde todos los lugares para poder llevar el club adelante.
<br />
Solamente quiero lo mejor para el club que me permitió tener los mejores momentos de mi infancia, pasar los mejores veranos, durante años, las inmejorables experiencias de supervivencia en cada campamento, en la playa del club -que lamentablemente, hoy casi no existe- o en el "SUPE".<br />
Además ahí empecé a patear una pelota "en serio", a sentirme jugador de fútbol, desde los 5 años. A llevar a una "realidad" los partidos con mi viejo y mi hermano en el parque, en Concepción, o los picaditos familiares con primos en Gualeguaychú.<br />
Parque me enseñó a andar solo por la calle, a conocer la ciudad, cruzándola en bici desde casa hasta el Club. A sentirme orgulloso de defender los colores, sentir el placer de un gol convertido, la alegría de la victoria, la desesperación de un partido que se escapa y la tristeza y el sabor amargo de una derrota.<br />
A ganar algunas finales y a perder muchas; es verdad, nunca fuimos "habitué" a las medallas. Por eso valoramos la importancia de salir campeón con un club humilde, al que todo le costaba. Nuestros padres vendiendo rifas y pollos cada fin de semana para que nosotros tengamos con qué y por qué jugar; la necesidad de un club para pibes que no tenían otro lugar donde pasar la tarde y el club era un refugio. El traslado, turnándose con los Castro para ir a canchas como las de Engranaje o María, solo por el amor al fútbol y para defender esa camiseta.<br />
<br />
Y lo más importante, Parque me permitió conocer a mucha gente valorable, a amigos con los que todavía conservo una relación con tanto o más fervor que en esos tiempos. Por ellos, por lo que sé que hacen por la institución desinteresadamente, por lo que ésta me dio durante mis años de crecimiento, me sumo a la tristeza y a la desilusión que sienten por tener que esperar otra temporada.<br />
<br />
Un Abrazo grande como Puerto Viejo, sureños.Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-91287969309295124062012-05-06T23:28:00.000-03:002012-05-06T23:29:36.122-03:00'El Vasco' y 'La Marga'<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; line-height: 115%;">Mi viejo</span></b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; line-height: 115%;"> es un Grande, y no por su anatomía; digamos que en esa grandeza ya lo
superé, pero en la otra, a la que yo me refiero, todavia estoy muy lejos y será
difícil superarlo.</span><span style="line-height: 115%;"><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Es un grande y no por haber sido un padre de esos
cancheros y permisivos. Por el contrario, y motivo de muchas calenturas, he
padecido sus rotundos "porque NO" a la hora de pedir permiso (debo
admitir que varias veces ganamos por insistencia...la carne es débil).</span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Ahora, a la distancia, y ya alejado de esas
negativas, me doy cuenta de que era una manera de tenernos ahí, todos juntos,
sentirnos cerca, quizá por algo que él sufrió en su etapa de estudiante, al
estar lejos de Gualeguaychú y Sarandí.</span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">"Cuando sean padres me van a entender"
dice.... Agradezco haberme dado cuenta de ésto, mucho antes de que su
predicción se lleve a cabo, y a pesar de todavía no estar de acuerdo en muchas
cosas, lo comprendo y valoro.</span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">El Vasco es así, por sobre todas las cosas, VASCO,
con sus locuras y sus terquedades.<span class="apple-converted-space"> </span></span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Pero un amigo a la hora de los consejos, fiel para
acompañarnos desde los 5 años en el deporte, junto con la Marga, vendiendo
pollos en Parque Sur, moviéndose en Atlético, llevándonos a entrenar y a jugar
a todas las canchas de la ciudad y disfrutando de ver a sus hijos practicando
el deporte que él ama y nos hizo amar a nosotros: el fútbol. Así también nos
hizo valorar la familia, la amistad y el amor por River. Estoy completamente
seguro que a éstos 3 ítems de valoración, los cumplimos al pie de la letra.</span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">El Vasco, un laburante full time (o full full),
que nunca permitió, -ni va a permitir- que nos falte nada, y que siempre tiene
como propósito nuestra felicidad.</span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Un tipo solidario (demasiado, no se puede comer un
alfajor sólo porque le da culpa), que comparte todo con su familia, desde un
chocolate, hasta unas vacaciones...<span class="apple-converted-space"> </span></span><br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Eso le llena el alma, y aunque sea un poco
posesivo, es un enamorado de sus hijos, brindando por y para cada uno de ellos
todo su amor.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGTYtcYrMVTVXyg1r7I2bYBHzR2hnaeAcOeAASieM0Fipqg_OjsNYmuUJRarQM_C5AUhzuy2gf9B8nKp5gjrdgORttACJB2RSWdp6f8v55qEDR4GoUIJMZNApW60NGIvfqk2YVvHES9zM/s1600/547670_3171637163348_1038086986_32945280_1689108461_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="background-color: black; color: black;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGTYtcYrMVTVXyg1r7I2bYBHzR2hnaeAcOeAASieM0Fipqg_OjsNYmuUJRarQM_C5AUhzuy2gf9B8nKp5gjrdgORttACJB2RSWdp6f8v55qEDR4GoUIJMZNApW60NGIvfqk2YVvHES9zM/s320/547670_3171637163348_1038086986_32945280_1689108461_n.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">"Buscá en
el diccionario, Nene..."</span></b><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Esa es su respuesta cada vez que le pregunto
sobre el significado de alguna palabra.</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Fervorosa lectora, de todo, hasta del
diccionario, éste indica que la Margarita es una planta de de la familia de las
Compuestas, con hojas abrazadoras, oblongas y flores terminales. Es muy común
en los sembrados.</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">No sé si ella es tan oblonga como dice en el
"mataburros", pero sí es muy abrazadora, y no es común en los
sembrados de nuestra vida.</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">La<span class="apple-converted-space"> </span><i>Margarita</i><span class="apple-converted-space"> </span>es conocida por ser usada como un
oráculo del amor. Sus pétalos tienen la capacidad de indicar si la persona
amada te quiere o no te quiere. No creo en éste tipo de cosas, pero sé que cada
una de las hojas de la flor a la que me refiero, dicen que me quiere.</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-color: black; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Alejandro Dolina dice en uno de sus libros que<span class="apple-converted-space"> </span><i>"margarita es perla en griego
y latín. Es ojo del día en Gran Bretaña y un vegetal en todo el mundo".</i></span><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: black; background-image: initial; background-origin: initial;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No comparto esto, y sinceramente no me importa,
porque acá, en Argentina,<span class="apple-converted-space"> </span><b>Margarita
es Mi Mamá.</b></span></span><span style="font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-39989589758639829792012-04-27T16:12:00.001-03:002012-04-27T16:19:25.760-03:00¡Mirá, Pá!<br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4VqDJhEYlfrdUHPQ49Y-5d-BzUsxHx44XX8OcXYGGufYAx_37_MVs_BApZeKDHahyphenhyphentYUqM0qVIl3wcG7-h_oazuymuilCtRfZcSCbDFO9x02XvNZ5gpf7Pak5U_KkWUKAVD0B6CiSNdc/s1600/futbol3ci.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4VqDJhEYlfrdUHPQ49Y-5d-BzUsxHx44XX8OcXYGGufYAx_37_MVs_BApZeKDHahyphenhyphentYUqM0qVIl3wcG7-h_oazuymuilCtRfZcSCbDFO9x02XvNZ5gpf7Pak5U_KkWUKAVD0B6CiSNdc/s320/futbol3ci.jpg" width="247" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Mirá Pá’ ¡Vamos primeros en el campeonato de reserva!”.
El padre lo mira a su hijo, y le responde “Sí! Buenísimo.” devolviéndole a la
exclamación de alegría que muestra con su sonrisa el nene, otra sonrisa, pero
más tierna y con un poco de lástima. Lástima porque recuerda en su infancia,
sin HD, sin ni siquiera televisión, sólo con “la magia de la radio” y la
revista Goles, pero con muchos campeonatos, Libertadores y goleadas. Y piensa
en su hijo más chico, que con 10 años solo vio campeón a su club 2 veces;
porque los dos más grandes, mal que mal, vieron muchos campeonatos, hasta
tricampeonatos, Libertadores, un poco opacados por los éxitos de los
innombrables, pero buenos momentos al fin.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Entonces, cuando el más chico dice que se acuerda del
torneo del 2004, ellos no lo contradicen, pero dudan que con sólo 4 años se
acuerde de esas cosas. Piensan que es una forma de deseo, de querer tener en su
memoria, y en su currículum, esos momentos que te marcan en la infancia, y que
algunas veces te marcan los colores de un club, por eso, los hermanos y el
padre lo respetan y no lo contradicen, ni se burlan de él.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Del campeonato del 2008 sí que se acuerda, bien que se
acuerda… Aunque a veces piensa que es mejor no acordarse o haberlo podido
recordar de otra manera, porque ese día, en el momento en que su ídolo corría
alrededor de la cancha alocado, festejando, alrededor de la pista olímpica, él
estaba sentado en una silla incómoda, de madera, con cara de velorio, porque
ahí estaba, en un velorio, rodeado de gente mayor que lo saludaba al paso y que
lo relacionaba como hijo de alguno de sus tíos, pero nunca se le daba por decir
el nombre de su padre cuando le decían: “Y vos debes ser el hijo de…” y él se
la pasó corrigiéndolos, con paciencia, a esos familiares lejanos o conocidos de
la familia o de su abuela.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hasta que no aguantó la ansiedad que lo carcomía y salió
de la sala velatoria en busca de algún televisor. Afuera hacía frío, ya había
anochecido y la calle estaba oscura y lloviznaba. Se preguntaba si todos los
velorios se realizarían sólo con ese clima. Esa duda le duró poco, enseguida se
focalizo en el objetivo de encontrar alguna vidriera de un bar en el cual ver
el resultado del partido. Tuvo que caminar tres cuadras hasta la calle
principal y en una esquina encontró un pub, con unos televisores que le
mostraban el festejo de sus jugadores, ese festejo alocado por la pista, con
alegría y él pensaba si sería el único en esa situación, de ver campeón a su
equipo mezclado con la tristeza y la amargura de perder a un ser querido.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Enseguida volvió, mitad feliz, mitad triste, haciendo
cálculo las tres cuadras de regreso, de que podrían haber empatado hoy y al
domingo siguiente todavía dependían de ellos para salir campeones, “y en una
semana la tristeza pasa un poco y en una de esas salir campeón nos alegra más”
se decía en silencio.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Una vez vuelto a la realidad del velorio, el silencio,
las caras largas, ese olor igual o más horrible que el de un hospital, lo ve a
su papá y piensa que le gustaría estar en otro lugar, diciéndole que salieron
campeones, que vayan a la plaza a festejar, o mejor, sin la necesidad de
hacerlo, porque de no estar en esa situación, él estaría, con sus hermanos y su
papá sufriendo los nervios lindos que da el fútbol, pateando con el nueve,
viendo la pelota entrar esquinada, pegando en el costado de la red, saliendo a
gritar el gol por todos lados, saltando a cabecear con los defensores en cada
córner, trabando con el cinco, y después festejando, todos juntos. Pero no, la
situación es otra y entonces él se acerca y cuando el padre lo mira, le dice,
en el tono de voz que se mantiene en el lugar, “Pa, somos campeones” y sólo
recibe como respuesta del padre, frunciendo los labios: “las vueltas de la
vida, ¿viste?”.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y entonces duda si se lo tendría que haber dicho o dejado
que se enterase cuando salga de ahí y entonces esperar su reacción, si se lo
cuenta o no, y si se lo cuenta, con cuánto énfasis para poder él responder
acorde a la situación. Porque su abuela era la mamá de su papá, y se pone en su
lugar y concluye que le importaría un comino que su club salga campeón de lo
que sea, aunque por otro lado, se corrige, porque al menos sería algo bueno
dentro de todo tan malo. Pero enseguida deja de pensar en eso, porque no quiere
imaginarse que a su mamá le pase nada, se dice que eso sólo pasa cuando sos
grande, te casás y tenes hijos a los que les enseñas a jugar al fútbol y a
besarse el escudo del club. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Aunque él no se imagina ni grande, ni casado, ni con
hijos, ni con su mamá ni su papá viejitos, él se imagina en la primera del
club, siendo él quien mete el gol, el que corre como un loco por la pista de
atletismo, con todos sus compañeros atrás tratando de alcanzarlo para abrazarlo
y festejar y dar la vuelta, pero con su papá, su mamá y sus hermanos ahí,
festejando con él, y que “las cosas de la vida” sean sólo felices como salir
campeón, pero sin velorio.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com2Calle 12 952-1000, La Plata, Buenos Aires, Argentina-34.92125 -57.9543333-35.1295695 -58.2701903 -34.7129305 -57.6384763tag:blogger.com,1999:blog-5843497840335877476.post-4000432504122745272012-04-27T16:01:00.002-03:002012-06-14T01:31:57.997-03:00"el perro portugués..."<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div style="text-align: -webkit-auto;">
<i style="text-align: justify;">En memoria de la abuela Queca...</i></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<i style="text-align: justify;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0zTNtlVqBZvTDUxmAg0J34cZKhknAY0aucokatKQKeAMZEpRh-u5eAcUPtEb5Sqbt28qCYjLk3nJwTFiVrIRDBiNFgGMxZHwYBOpXf4QnVtctcApCUWA7FXBvqg9WG6GQ0KmyRIq-JLI/s1600/queca.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0zTNtlVqBZvTDUxmAg0J34cZKhknAY0aucokatKQKeAMZEpRh-u5eAcUPtEb5Sqbt28qCYjLk3nJwTFiVrIRDBiNFgGMxZHwYBOpXf4QnVtctcApCUWA7FXBvqg9WG6GQ0KmyRIq-JLI/s200/queca.jpg" width="133" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Hoy tocaron la puerta, como siempre en casa, hay dos
opciones: o no atiende nadie, o, la segunda y menos usual y más irritable, al
ver que uno de los más chicos sale alborotado a atender, el otro corre, lo
alcanza, se lanzan en 20 metros con obstáculos, manotazos, piquetes de ojos y
cualquier otra viveza bilardista que se les pueda ocurrir.</span></div>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Bueno, como dije, generalmente es la primera opción,
embobados con la TV, nadie atiende, entre reproches porque no atiende y
desganado por saber quién toca el timbre a esta hora, busco la llave y pregunto
quién es.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No hace falta aclarar mucho, contra todos los pronósticos,
noches heladas, siestas de esas que dejan la brea como chicle, lloviznas
insoportables y resbalosas; ahí estaba, del otro lado de la puerta el Perro Portugués,
esperando que le abras, para entrar campante, sin escuchar ni prestar atención
a las quejas por los climas y los horarios en los que se largaba a andar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Hoy fue distinto, estaba más radiante que nunca, creo que
estaba con una de sus tortas con chips de chocolates, esas tan ricas, salvo
cuando las hacía de apuro antes de ir al Balneario, y dejaba todo en manos de
las mágicas Essen. El resultado era lógico. Crudas, o quemadas, o ambas. A
nosotros nos gustaban igual.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Si no me equivoco también traía un Lemon Pie, de esos que
hacía para los cumpleaños, para los asados de los domingos, o los sabados en
todo caso. Esos sábados de noche en los que se negaba hasta la ofensa si
insistías en ponerle un plato porque ella de noche no comía, aparentemente…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Después la veías, mientras juntaban la mesa, picotear algo
de todos los platos, hasta que llegue la reprenda de los hijos y nietos. Esos hijos y nietos que hoy no le
reprocharíamos nada; al contrario, la recibiríamos con alegría al verla llegar,
con la peor de las lluvias y a las 10 de la noche, con los tomos de Urquiza
Almandoz, para contarnos de la imagen intachable de Urquiza y la tiranía
porteña, para enseñarnos a amar la ciudad por sobre todas las cosas, o a
contarnos historias y enseñarnos la letra de La Marseillese, haciéndonosla
escuchar desde ese cassette escrito con su hermosa letra de maestra.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Porque era eso, una maestra, y la mejor enseñanza que me
dejó fue la de darme cuenta que no estamos en vano, que no pasamos en vano, que
podemos dejar marcas en los demás, un legado, no económico, uno mejor, como que
te recuerden todos orgullosos de vos, alegres, contando anécdotas felices,
porque el Perro Portugués nos toca la puerta cada vez que nosotros queremos
traerla a nuestra memoria, para recordarla, por nostalgia, para pedirle que nos
ayude y para decirle: “Abuela, vamos, yo te llevo” – No importa que sea tarde,
el auto esté guardado y yo cansado. Yo te llevo, pero contame una historia
más….<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg25p9Gqn5jTQVHevioOBLjTTFy_XnYYw3mLXA-Z53iZl0Cj4oD-f7NraKvfCOuMucocQvTXmf0jR3gLpG5iCA8QEr-AGoRQIqrvTlWX5FZEGUiTgXh6f1b-MRSlG9fcULBAIL1ey3NaPY/s1600/abuelas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><img border="0" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg25p9Gqn5jTQVHevioOBLjTTFy_XnYYw3mLXA-Z53iZl0Cj4oD-f7NraKvfCOuMucocQvTXmf0jR3gLpG5iCA8QEr-AGoRQIqrvTlWX5FZEGUiTgXh6f1b-MRSlG9fcULBAIL1ey3NaPY/s320/abuelas.jpg" width="320" /></span></a></div>
<br />Matiashttp://www.blogger.com/profile/06141874315723325022noreply@blogger.com4