martes, 13 de mayo de 2014

Mundial



Encontré esta foto intentando mandar por mail un archivo de la facultad que, por exceder la capacidad máxima que permite el servidor de e-mail, me redireccionó a otra aplicación que depende del mismo para poder compartirlo en línea y que luego el destinatario del mail lo descargue en su computadora. 
Justo hoy casualmente, que empieza la fiebre mundial después que Sabella dio la lista (de 30) y los indignados pudieron oficializar su indignación y consecuente repudio hacia el DT por la no convocación de Tevez y sí la de Mercado o Di Santo.
Hace casi 8 años, precisamente el 16/6/2006 buscábamos cualquier excusa para poder retirarnos antes de la escuela -casi no era necesario buscarlas porque algunos profesores nos facilitaban mucho faltando- y el mundial era una razón más que válida para irnos antes o incluso faltar. 
Llegábamos con la ilusión que genera siempre un evento de este tipo y parecía que Pekerman, con su calma y la base de jugadores que ya habían sido dirigidos por él y campeones muchos años antes en mundiales juveniles, había encontrado el equipo. Éramos nuevamente candidatos, a pesar de lo que nos había pasado en el mundial anterior. 
Ese día jugábamos contra Serbia y Montenegro, ya no era la Yugoslavia -en realidad sí, pero con otro nombre- de Mihajlovic, Kovacevic, Mijatovic, Stankovic y tantos otros terminados en vic que conocíamos del mundial 98 pero sobretodo de los videojuegos y particularmente me llamaron la atención por sus nombres.
Pero más allá de eso, fue distinto para nosotros, los que estamos ahí posando, congelados en la imágen y en el tiempo, como si el mismo nunca fuera a pasar, o como si no nos importara que eso pase.
Teníamos entre 15 y 16 años y, además de muchas cosas que empezábamos a hacer por primera vez, también era la primera vez que teníamos la oportunidad de ver un Mundial todos juntos. Y no era para menos, hacía cuatro años, un poco por edad, otro poco por lo ilógico de los horarios en que jugó la Selección, y más que nada por lo poco que duró su participación, no habíamos tenido la chance de juntarnos a verla, ni de salir antes de la escuela, ni mucho menos faltar.
Y faltarían otros cuatro para poder ver otro; y cuatro años es mucho, sobre todo en esa época en que vivíamos el día a día sin más responsabilidades que ir a la escuela, a entrenar y no mandarnos ninguna cagada que genere un castigo que no nos deje juntarnos con los chicos.
Anecdótico es que el resultado fue 6-0 para Argentina, seguimos avanzando en el mundial. Se había transformado en una especie de cábala juntarnos en lo de Nacho a ver los partidos, cuestión aparte que era en la única casa donde se bancaban a todos nosotros insoportables.
Contra Mexico no pude ir por una conjuntivitis que me tuvo varios días a maltraer y, al igual que el mundial, me permitió faltar a la escuela, pero el justificativo no era tan agradable. Igual sin una pata la cábala siguió funcionando.
Contra Alemania volvimos a estar todos. Sufrimos. Gritamos el gol de Ayala. Lo vimos a Messi empacado en el banco. Nos generó dudas la salida de Abbondanzzieri y el ingreso de Franco. Nos amargamos con el gol de Klose. Y escuchamos con tristeza la piña de Juan a la pared, encerrado en el pasillo con la radio en el oído adelantándonos lo que unas milésimas de segundo después veríamos proyectado en el televisor. Lehmann le atajaba el penal a Cambiasso.
Otra vez afuera. Cada uno a su casa. El mundial ya no tenía importancia y a algunos, sólo nos quedó el consuelo de alentar por el buen fútbol de Zidane, deseando que termine su carrera triunfando contra el catenaccio italiano. Eso tampoco pasó.
Cuatro años más tarde la realidad de cada uno de los nueve integrantes de la foto era distinta, pero la ilusión era la misma. Otra vez pasamos la primera ronda y en octavos de final jugamos con Mexico, esta vez no tuve conjuntivitis y me encontraba en mi segundo año en La Plata. Le ganamos a la selección tricolor y se vino otra vez el fantasma de Alemania. Esta vez no hizo falta sufrir. De entrada, con un cabezazo nos arruinaron la ilusión de ser campeones de la mano del Diego y, no contentos con eso, nos hicieron 3 más. 
Ese día me dije que no volvería a hacerme falsas ilusiones con la Selección. Quiero decir que no cumplí.
Pasaron casi 8 años de ese día que Messi hizo su primer y único gol en un mundial y casi 4 del día que me prometí eso. 
Serbia y Montenegro ahora son Serbia y Montenegro, parece que dije lo mismo pero no.
Los de la foto, que en ese entonces nos veíamos casi todos los días, ya no nos vemos casi nunca, aunque con algunos cuando las obligaciones de cada uno nos dejan y nos vemos, pareciera que eso no cambiara nada. 
Ya que no se puede volver el tiempo atrás y, como dijo Sacheri: "la culpa de todo la tiene el tiempo", sé que no voy a poder ir a lo de Nacho a ver el partido con él, Pedro, Agus, Sergio, Juan, Paulo, Martín y Tima; en una de esas, y como no esta el Diego -ni Zidane para consolarnos-, espero que esta vez Juan con su radio me avisen que de la mano de Messi "volveremo' a ser campeones como en el ochentaisei'".




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